DIBUJOS URGENTES

BEKERIS + DOBERTI

18.03.15 - 16.08.15 / Espacio Base de Datos

Curaduría: Institucional Parque de la Memoria

Dibujos Urgentes es el resultado de un proyecto que convocó a las artistas Eugenia Bekeris y  María Paula Doberti a participar desde su práctica de dibujantes en los procesos judiciales que vienen teniendo lugar desde el año 2003 por crímenes de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado en Argentina.

La iniciativa generada por H.I.J.O.S. bajo la consigna: “No se los puede fotografiar, pero se los puede dibujar” respondió a la necesidad de registrar de manera urgente, dado el paso del tiempo en que la justicia estuvo vedada, las imágenes de los acusados en el espacio de reparación simbólica que ofrece la justicia.
Los dibujos son registros y expresión de los diversos trabajos de memoria que contribuyen a reconstruir la trama de sentido rasgada por la última dictadura. 

VOLÁTIL FELICIDAD: Relatos inmateriales de los 90'

EXPOSICIÓN COLECTIVA

13.05.15 - 09.08.15 / Sala PAyS

Curador invitado: Rodrigo Alonso
 
El Parque de la Memoria presenta Volátil felicidad: Relatos inmateriales de los 90, una exposición curada por Rodrigo Alonso que recupera una parte de la producción performática de aquellos años. En ésta se percibe el reclamo por derechos y libertades a los que la democracia todavía no había dado respuesta (culturales, de género), pero también, los nuevos regímenes del cuerpo desligado de las violencias represivas de la dictadura, aunque muchas veces sometido a otras violencias (como las de las normas conservadoras o las del consumo). Esto sucede en un tiempo de resistencias y de cruces, que da vida a propuestas híbridas de un alto grado de performatividad, en las cuales conviven el teatro, la danza, las artes visuales, la poesía, la moda. Un tiempo en el que la felicidad se percibe finalmente como un derecho, tras la oscuridad del terrorismo de Estado y la lenta y traumática recuperación republicana.¿Es usted feliz? Cuando Alfredo Jaar hizo circular esta pregunta por las calles de Santiago de Chile, el país transandino vivía bajo un régimen de duras restricciones a las libertades sociales e individuales. ¿Cuál es el sentido de una pregunta simple en un contexto complejo? Gran parte de la fuerza política y poética de sus Estudios sobre la felicidad (1979-1981) descansa sobre este dilema. ¿Cuál hubiera sido la respuesta a esa pregunta en la Argentina de los años noventa? 
 
Probablemente distinta, aun cuando el presidente Carlos Saúl Menem implementó políticas económicas neoliberales similares a las de Augusto Pinochet. Sin embargo, su marco fue otro. Aunque todavía frágil, la democracia se había establecido y las libertades individuales eran plenas. De hecho, éstas fueron fomentadas a tal extremo que prácticamente se desarticularon los proyectos sociales y comunitarios, y la gente comenzó a encerrarse en sus deseos personales y en el hedonismo autocomplaciente propulsado por las teorías de la postmodernidad. Así, en el imaginario colectivo, los años noventa sobreviven en el recuerdo como la era del “uno a uno”, los shopping centers, las tarjetas de crédito, el vocabulario amable de las empresas privatizadas, el consumo compulsivo y los viajes al exterior. Son los tiempos de una felicidad construida alrededor de la acumulación de bienes y el disfrute de los servicios, que ocluye el desmantelamiento de la industria nacional, el achicamiento del Estado, la eliminación de beneficios sociales y derechos laborales, la mengua de las responsabilidades empresariales. Como sabemos, esos procesos desembocan en una de las crisis sociales y financieras más profundas que haya conocido nuestro país, obligándonos a reconsiderar las bondades de la mencionada década.
 
Pero esa felicidad no oculta una incomodidad latente. La precarización laboral y de los servicios sociales, el aumento de la indigencia y la corrupción, la banalización del discurso político, las decisiones de gobierno orientadas a favorecer a las corporaciones y cada vez más alejadas de la gente, la anulación de ciertos logros de los años anteriores (como el Juicio a las Juntas Militares despreciado por los indultos menemistas), abonan el terreno del descontento social que empaña los brillos de una economía supuestamente próspera y un bienestar supuestamente triunfante. Muchos artistas dan cuenta de este clima en trabajos en los que no están ausentes la angustia y la desazón, amargos emergentes de una década dura y ambivalente. En vistas a consolidar la consistencia del período abordado, la exposición amplía el espectro de la época incluyendo la presidencia de Menem y sus consecuencias (1989 – 2001).
 
La fiesta menemista no es la única que marca con sus extravagancias el pulso de la década. También los jóvenes encuentran en las fiestas el ámbito ideal para materializar fantasías y cuestionar límites sociales. “Se bailaba, y mucho – sostiene Leonardo Aguirre –, por las ganas de dar rienda suelta a un hedonismo que chocaba con el discurso economicista de los 90s”. Cemento, el Parakultural, Morocco, Babilonia, Ave Porco, Dr. Jekill, Bolivia y El Dorado, entre otros, son los centros de esta movida que es, ante todo, nocturna. En estos espacios se generan cruces productivos entre la música, las artes visuales, el teatro y la performance. Por allí desfilan con asiduidad, Batato Barea, Humberto Tortonese, Alejandro Urdapilleta, Mosquito Sancineto, Mónica García, Fernando Noy, Katja Alemann, Sergio de Loof, Klaudia con K, Omar Chaban, Margotita Moreyra o Peter Pank, entre muchos otros artistas, y presentan sus primeros trabajos agrupaciones como La Organización Negra y Teatro Sanitario de Operaciones. Entre los primeros, algunos performativizan sus cuerpos y apariencias, en el sentido que da a esta palabra la teórica Judith Butler: como táctica de construcción genérica y de identidad singular (no social). En otros contextos, la fiesta apunta principalmente a contrarrestar la moralidad conservadora. En Córdoba, Marcelo Nusenovich organiza Body Art, la fiesta del cuerpo (1993), Las marcas del género (1994) y La fiesta de los deseos (1994), con este objetivo. 
 
Según sus palabras, “El ciclo festivo intentó cambiar efímeramente la cara tradicional de Córdoba, criticando la estructura con performances en torno a símbolos dominantes bastante provocativos para la época”. En Tucumán, las distintas ediciones de Tenor Grasso (1995-1999) escandalizan al público local con cuerpos desnudos, trajes extravagantes y ambigüedades varias, presentadas en sitios tan disímiles como el Museo Timoteo Navarro o un shopping center. En Buenos Aires, Ariadna Pastorino, Sebastián Linero y Cristina Schiavi organizan celebraciones del día de los muertos, y Nicola Costantino repite un festín siniestro realizado originalmente en el Museo Castagnino de Rosario. Una de las claves de la década es la porosidad entre los recintos institucionales y su exterior. Muchos de los artistas que protagonizan la movida nocturna de Buenos Aires llegan al Centro Cultural Ricardo Rojas, el Instituto de Cooperación Iberoamericana, la Fundación Banco Patricios, el Centro Cultural Recoleta, el Casal de Catalunya, ámbitos por donde circula la creación más renovadora. Pero también hay un cuestionamiento constante a las instituciones artísticas, como sucede en las obras de Remo Bianchedi, Grupo Escombros, Alfredo Portillos, Arte Trillizo, Rodolfo Bulacio, Diego Melero y Oscar Bony que se presentan en esta exposición. 
 
En otras, la institución funciona como caja de resonancia: es el caso de la performance de Alfredo Prior sobre Marcel Duchamp, y la de Tomás Espina sobre la célebre pintura de Ernesto de la Cárcova. La opción de la calle como centro de acción encarna otra crítica a los lugares protegidos del arte; esto se observa en el trabajo de Daniel Acosta, Carlos Filomía, Graciela Sacco, Carina Ferrari, Alejandra Bocquel, Zoe di Rienzo, y en el de los colectivos Escombros, Etcétera, Grupo de Arte Callejero, Costuras Urbanas, Por el ojo, La mutual Art-gentina o La roca, entre muchos otros. En estos últimos, la calle funciona como escenario para el debate público y político. Los indultos, las privatizaciones, la precarización social y laboral, la fragilidad de la vida en la sociedad capitalista, son algunos de los puntos de partida para sus acciones altamente críticas y movilizadoras. El otro gran eje de la performance de los noventas es sin dudas el cuerpo. Este es muchas veces el aglutinador del conflicto político (Liliana Maresca, Marcos López, Juan Carlos Romero, Marta Minujín, Andrea Fasani, Marcello Mercado, Fabiana Barreda), la demanda de género (Almarmada, Zoe di Rienzo, Majo Goldín), la fragilidad y la resistencia como símbolos de la experiencia vital (Alfredo Portillos, Ar Detroy, Grupo Fosa). En otros casos funciona como soporte de una declaración cultural o estética (Marina de Caro, Perla Benveniste, Emiliano Miliyo, Tomás Espina, Mónica García, Maximiliano Rossini), o como superficie de intervención lúdica (Adriana Bianchi, Ruy Krygier). Formas curiosas aparecen en la producción de algunos dibujos de Ernesto Ballesteros, o en la práctica poética de Poesía espectacular film (1995), de Carlos Essmann, protagonizada por Daniel García Helder, Martín Prieto y Oscar Taborda.

Artistas

Daniel Acosta, Almarmada, Ar Detroy, Arte Trillizo, Batato Barea, Fabiana Barreda, Perla Benveniste, Remo Bianchedi, Adriana Bianchi, Alejandra Bocquel, Oscar Bony, Rodolfo Bulacio, Anahí Cáceres, Nicola Costantino, Marina De Caro, Zoe Di Rienzo, Tomás Espina, Carlos Essmann, Andrea Fasani, Carina Ferrari, Pablo Garber, Mónica García, María José Goldín, Grupo de Arte Callejero, Grupo Escombros, Grupo Etcétera, Grupo Fosa, Rodolfo Juárez, Ruy Krygier, Liliana Maresca, Diego Melero, Marcello Mercado, Emiliano Miliyo, Marta Minujin, Marcelo Nusenovich, La Organización Negra, Ariadna Pastorini, José Pizarro, Por el ojo, Alfredo Portillos, Alfredo Prior, Juan Carlos Romero, Fernando Sebastián, Teatro Sanitario de Operaciones (TSO), Tenor Grasso.

OPERACIÓN FRACASO Y EL SONIDO RECOBRADO

ALBERTINA CARRI

04.08.15 - 21.11.15 / Sala PAyS

Curadora: Florencia Battiti

El Parque de la Memoria tiene el agrado de presentar Operación Fracaso y el Sonido Recobrado, primera experiencia expositiva de Albertina Carri, una de las figuras más emblemáticas del cine argentino de los últimos tiempos.

“¿Se puede vivir sin recordar?”; se pregunta la artista. Y ella misma se responde, “los ríos de la memoria no siempre son caudalosos,  pero aunque corra una pequeña línea de agua por su lecho, ella es tan obstinada, que modificará la tierra por la que pasa, aunque tan solo sea por el paso del tiempo mismo. Quiero ser ese lecho, quiero ser esa tierra, quiero contarle al mundo sobre ese poder que tiene el hecho de estar acá y seguir recordando”.

Uno de los temas centrales de esta muestra, sostiene Jorge La Ferla en el prólogo del catálogo que acompaña la exposición, se concentra en los vestigios de información sobre el pasado. Los datos, documentos y registros que conforman la recuperación de la memoria a partir de archivos encontrados –publicaciones, correspondencia epistolar, guiones y fragmentos fílmicos– son el sustento de una política de archivos. La propuesta de Carri  trasciende lo biográfico y se inscribe como un autorretrato que, a su vez, remite a la lectura de una historia personal, familiar y de un país.

La muestra en su conjunto requiere un tiempo propio de movimiento del espectador, quien va incorporando un relato sensorial fragmentado, conformado por luz, imágenes y sonidos, que pone en escena una memoria personal, familiar y política concentrada en la práctica de la instalación. Una muestra que responde a la postura conceptual y política del Parque de la Memoria y que propone una experiencia artística compleja, que desafía una percepción que requiere compromiso. 

El papel es tan blanco, escribir es tan fácil…
En cuanto a los recuerdos, uno no se puede resistir a esos ojos y retornan, retornan (…).
Todo está guardado en lo profundo detrás de los párpados. Seguimos mirando toda la vida… hasta que se llena y todo empieza a bullir y a eructar, los ríos de la memoria.

                                                                                                                                          Jonas Mekas

 

Los restos de mis padres nunca fueron hallados, tampoco ha sucedido el juicio por su secuestro y posterior desaparición forzada, todavía no se han demostrado sus homicidios. Soy mayor que ellos en el momento de su muerte. Las cosas que he escuchado sobre ellos, las que he leído, ahora significan otra cosa, son anécdotas sobre unos jóvenes eternos. Sus textos escritos son los pensamientos de dos brillantes jóvenes que me acompañarán de por vida, como hacemos los padres y las madres con nuestros hijos. Mi padre y mi madre serán siempre lozanos, rebeldes de cabellos sueltos y ropa desaliñada, hermosos, rebosantes de esa belleza que da la juventud, y también la muerte. Ana María y Roberto, mis padres muertos, mis padres asesinados, mis padres desaparecidos, vivirán en mí por siempre. Y su enorme ausencia también habitará mi cuerpo, mi mirada del mundo, mi felicidad y mi desdicha, por el resto de mi vida.

Convivo con sus fantasmas desde muy pequeña, exactamente desde los cuatro años de edad. Creí durante casi treinta y cinco que las personas esa edad ya éramos grandes; identidades estructuradas listas para enfrentar el mundo. Hasta que fui madre y vi a mi pequeño hijo ser lo que hemos sido todos a los cuatro años. Pequeños sujetos en formación, aún balbucentes, totalmente vulnerables y extremadamente necesitados de confianza y cariño. Después de descubrir esto me hice más vieja que mi madre y que mi padre, y los recuerdos, todo eso que está guardado detrás de los párpados como dice Mekas, aparecieron, afloraron de muy distintas formas.

El objetivo de estas obras audiovisuales es plasmar ese recorrido incansable de la memoria: esa espeluznante capacidad que tenemos las personas de crecer y ser otras, cada vez. Caminar por los abismos de los recuerdos y también bailar con ellos en una danza insólita y desprejuiciada. Dejarse llevar por su influencia y apagarlos cada tanto, cuando sea necesario. ¿Se puede sofocar el recuerdo? ¿Se puede vivir sin recordar? Quizás se puedan extinguir las imágenes, borrar los contornos de las cosas, pero los sonidos que quedaron en lo profundo, detrás de los párpados, son imposibles de acallar. Los ríos de la memoria no siempre son caudalosos, pero aunque corra una pequeña línea de agua por su lecho, ella es tan obstinada que modificará la tierra en su avance convencido. El paso del tiempo surcará el cauce.

Ante los recuerdos me dispongo como ese lecho como esa tierra y los hago pueblo, brindándolos en relato. Volviéndolos experiencia de todos y no circunstancias personales.

Quiero ser ese lecho, quiero ser esa tierra, quiero contarle al mundo sobre ese poder que tiene el hecho de estar acá y seguir recordando.
 

Albertina Carri

Punto Impropio

Durante el año que mis padres estuvieron secuestrados, mi madre escribía cartas a mis hermanas y a mí dándonos consejos de todo tipo. A mis tías pidiéndoles que se hagan cargo de nosotras, a mis abuelos solicitándoles ayuda para que nos críen. Escribía cartas con formato de legado, escribía cartas en lenguaje cotidiano. Escribía para acortar una distancia que ella sabía, sería irreparable. Mamá era profesora de literatura y en esas cartas una de sus preocupaciones era cómo nos formaríamos en esa materia cuando ella no estuviera: en cada una de esas cartas hay un libro a leer. Esas cartas son el libro que Ana María Caruso no pudo escribir. Porque fue madre muy joven, porque era la mujer de un prometedor intelectual, porque la asesinaron con apenas 36 años. Punto impropio recorre la no-obra de mi madre y el dominio que el tratado que Ana María escribió en formato epistolar –ese no-libro– tiene sobre mi voz.

Albertina Carri

"MIENTRAS MIS MANOS PUEDAN ESCRIBIR..."

PARQUE DE LA MEMORIA

12.09.15 - 15.02.16 / Espacio Base de Datos

Curaduría: Institucional Parque de la Memoria

Mientras mis manos puedan escribir…*

¿De dónde nace la palabra poética en el cuerpo torturado, convertido en otro sin el otro y en soledad cernida por la muerte? ¿De qué voluntad de resistencia, de qué construcción del espíritu? ¿Surge de la memoria personal para buscar la memoria de todos? ¿Para que no se repita la catástrofe?
Juan Gelman

Durante la última dictadura militar (1976-1983) se concibieron expresiones artísticas que ayudaron a combatir el silencio, el horror y la desesperanza que atravesaron con fuerza toda la trama social. Durante este período numerosos actores, escritores, artistas visuales, periodistas, músicos, cineastas e intelectuales fueron prohibidos, censurados y  hasta torturados y asesinados por expresar ideas que eran consideradas peligrosas o “subversivas” por el gobierno militar. Pese a todo, muchos de ellos acompañaron con sus prácticas un intenso proceso de transformación cultural, al impulsar una profunda revisión de los modos de hacer y entender el arte.

Estimulados por el clima de creciente politización que se vivía por aquellos años, crearon sus obras a partir de un intrínseco compromiso con la realidad, incorporando en sus producciones contenidos de neto corte político. Así, en un contexto de intensa movilización y participación, las diversas maneras de hacer un arte comprometido, en ocasiones, se transformaron en acción política directa.

Porque estas obras persisten y se activan hoy entre nosotros, contribuyen también a la construcción de una memoria colectiva. Esta exposición recupera, desde la escritura como forma de expresión y resistencia, algunos de los muchos escritos que se produjeron durante aquellos años. Así, a través de poesías, cartas y textos podemos comprobar que la
palabra no sólo oció como vehículo de transmisión de la experiencia hacia futuras generaciones sino como una herramienta de lucha y denuncia. Pero fundamentalmente como un modo privilegiado de formularnos preguntas desde la palabra, aventurándonos a que la respuesta sea, a su vez, otra pregunta.

El Parque de la Memoria agradece especialmente a Virginia Innocenti y Osmar Núñez por prestar sus voces para este proyecto

* Fragmento de un poema de Ana María Ponce.

EL ARTE QUE NO CALLA

Homenaje a las Víctimas del Genocidio Armenio en su 100º aniversario

26.11.15 - 08.12.15 / Sala PAyS

Curaduría: Institucional Parque de la Memoria

El Parque de la Memoria presenta “El arte que no calla”, una propuesta de la Unión General Armenia de Beneficencia y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Ciudad en homenaje a las Víctimas del Genocidio Armenio en su 100º aniversario.

Con más de 47 pinturas, esculturas y videos de 30 artistas de origen armenio, la exposición busca seguir la huella de la memoria que desde texturas, materiales, formas y colores permite mantener el hilo conductor de la escencia armenia. 

SOMBRA DEL CÓNDOR

JOÃO PINA

15.12.15 - 01.03.16 / Sala PAyS

Curador invitado: Diógenes Moura

El Parque de la Memoria-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado presenta la exposición “Sombra del Cóndor”, un ensayo fotográfico realizado por el portugués João Pina.

Pina nació en Lisboa en 1980. Nieto de presos políticos de la dictadura de Oliveira Salazar, realizó su primer libro acerca de esa experiencia. Finalizado ese trabajo, se interesó por la historia de la “Operación Cóndor”, nombre con el que se conoce a la cooperación represiva a escala regional entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. En palabras de Pina: “Me interesó porque enseñaba la dimensión de lo que ocurrió. El hecho de que seis países se hayan reunido a hablar de este tema y a trazar un plan de aniquilación de la oposición política me pareció clave para explicar todo el proceso de las dictaduras: quién las puso, quién las apoyaba. Me enfoqué en el “Plan Cóndor”, pero no exclusivamente. En mi ensayo fotográfico hay muchos retratados que no son víctimas del plan en sí, pero sus experiencias ayudan a entender lo que llevó a esa operación”.

La exposición reúne más de 100 fotografías en estricto blanco y negro, organizadas en series temáticas por el curador brasileño Diógenes Moura. Además, se exhibirá un video documental realizado por Pina.

Sombra del Cóndor ha sido expuesta en el Paço de las Artes de San Pablo, el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro, el Centro de la Fotografía de Montevideo, la Open Society Foundation en Nueva York, el centro cultural “El Cabildo” de Asunción y en el Museo de la Memoria y Derechos Humanos de Santiago de Chile.

La intención de João Pina es que la muestra sea exhibida en cada uno de los países que formaron parte del plan, aunque el autor reniega de la idea de un trabajo de denuncia: “No considero que tenga un valor de denuncia, sino de información. Trato de dar información para que las personas que se acerquen puedan sacar sus propias conclusiones”, señala.

Por casi una década, Pina viajó por Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay tras las huellas del horror vivido, recolectando imágenes captadas por fotógrafos locales y/o pertenecientes a archivos públicos o privados, tejiendo así, aunque de modo parcial, un relato que fue silenciado durante mucho tiempo.

La exposición cuenta con el apoyo de la embajada de Portugal, el Instituto Camões y Epson. 

João Pina nació en Lisboa, Portugal en 1980 y comenzó a trabajar como fotógrafo a los 18 años. Pasó la mayor parte de la última década trabajando en Latinoamérica.

En 2007 publicó su primer libro “Por teu livre pensamento” con las historias de 25 ex prisioneros políticos, con su colega y amiga Rui Daniel Galiza, quien escribió los textos. El trabajo de este libro inspiró una campaña publicitaria de Amnistía Internacional, que le consiguió un premio León de Oro en el Festival Internacional de Creatividad de Cannes Lions en 2011, junto con otros premios que le fueron otorgados como el Moving Walls 21 (2014), el premio SPA (2012), la subvención Estacao Imagem (2010), PDN Photo Annual (2010), y fue finalista del premio Fotoevidence Book (2014), premio Gabriel García Márquez (2013, premio Henri Nannen (2011), premio Care (2011), el premio del Festival Lumix (2011) y la subvención Alexandra Boulat (2009).

Su trabajo fue publicado en el New York Times, el New Yorker, la revista Time, la revista Newsweek, Stern, GEO, El País Semanal, La Vanguardia, D, Io Donna, Days Japan, Expresso y Visao, entre otros.

Su trabajo ha sido expuesto en Nueva York (Open Society Foundations, International Center of Photography, Point of View Gallery y Howard Greenberg Gallery), Tokio (Galería Canon), Río de Janeiro (Museo de Arte Moderno), San Pablo, (Paco das Artes), Lisboa (KGalería y Casa Fernando Pessoa), Porto (Centro Portugués de Fotografía) y en Perpignan (Visa pour L’Image).

En el 2014 terminó su proyecto personal más extenso, publicando su segundo libro “Cóndor”, que contiene los restos de la operación militar llamada “Operación Cóndor”, que intentó destruir la oposición política a las dictaduras militares de Sudamérica durante la década de 1970.

Se graduó del programa de Fotoperiodismo y Fotografía Documental del Centro Internacional de Fotografía en Nueva York (2004/2005).

LA OTRA ORILLA
Solidaridad Franco-Argentina en tiempos de dictadura

FEBRERO - MAYO 2016 / Sala PAyS

Curaduría: Institucional Parque de la Memoria

“La otra orilla” traza la historia de un vínculo profundo y sinuoso, que recoge la experiencia de numerosas personalidades de la cultura y la política. Al confrontar pasado y presente, la muestra permite entrecruzar recorridos singulares de hombres y mujeres.

Desde siempre Francia ha tenido una influencia importante en el desarrollo cultural argentino, como un horizonte próximo y lejano a la vez. En Buenos Aires, la influencia de una ciudad como París es efectivamente tangible: se extiende desde los ecos de su republicanismo hasta sus lineamientos arquitectónicos y urbanísticos. De igual modo, la Argentina constituye una referencia cultural significativa para Francia: desde el desarrollo del tango, esa erudita música popular, hasta el cosmopolitismo de una literatura marcada por Borges, anclada en el continente sudamericano, aunque universal como pocas.

“La otra orilla” celebra, entonces, el fructuoso encuentro entre Francia y Argentina, y también celebra los entrecruzamientos que este produjo siempre considerando nuestras respectivas diferencias. En este sentido, se rinde homenaje a esos lazos de solidaridad que franceses y argentinos, célebres o anónimos, supieron tejer tanto en su búsqueda de libertad como en su creación.

Los exiliados argentinos advirtieron muy rápido que Francia era un lugar sumamente importante donde denunciar la dictadura y abogar por los derechos humanos puesto que las acciones que allí se llevaron a cabo tuvieron un fuerte impacto internacional e, incluso, afectaron a la propia dictadura argentina. Los argentinos encontraron en Francia una sociedad sensible a los derechos humanos y a la “causa latinoamericana”, que se manifestaba no solo en un compromiso político, sino también en pequeños gestos cotidianos. Desde el asilo ofrecido casi sin restricciones por el Estado francés, hasta el apadrinamiento de niños desaparecidos por parte de asociaciones religiosas, pasando por la movilización política contra el Mundial de Fútbol de 1978,  la sociedad francesa de los años 1970 marcó, con su solidaridad, la historia de los argentinos. Esa época es uno de los capítulos esenciales en la historia de los profundos lazos sociales y culturales que unen a ambos países. 

DOBLE DE RIESGO

LOLA ARIAS

10.08.16 - 13.11.16 / Sala PAyS

Curadora: Florencia Battiti

El Parque de la Memoria presenta la muestra Doble de Riesgo de la escritora, directora de teatro y artista Lola Arias. Una propuesta especialmente concebida para la sala PAyS, en el marco de un programa curatorial que apuesta a la interdisciplinariedad y al cruce de géneros. A partir de una serie de instalaciones, videos e intervenciones sonoras la artista aborda algunas cuestiones que forman parte del imaginario colectivo argentino: como la guerra de Malvinas, los discursos presidenciales o el pueblo manifestando en las calles. La muestra está organizada cronológicamente desde 1976, efeméride del golpe de Estado y año del nacimiento de la artista, hasta la actualidad. Arias despliega en sala distintas estrategias que develan el carácter de representación que anida en la construcción de la historia, a partir de relatos biográficos, testimonios y material de archivo.

PROYECTO AFICHES
Pensar el presente haciendo memoria

PARQUE DE LA MEMORIA

14.06.16 - 01.08.16 / Sala PAyS

Curaduría: Área de Educación

Desde el año 2012, el Área de Educación del Parque de la Memoria ha desarrollado distintas ediciones del Proyecto Afiches en las que se abordaron los siguientes tópicos: “Reflexiones sobre genocidios”, “Violencia de género”, “Prácticas discriminatorias hacia poblaciones migrantes”, “Miradas sobre la violencia institucional en la actualidad” y “Juventudes en perspectiva”. Esta exposición condensa el resultado del trabajo realizado por estudiantes de escuelas secundarias sobre las primeras cuatro problemáticas actuales vinculadas a los Derechos Humanos.

El proyecto afiches busca valorizar la percepción que tienen los jóvenes frente a la realidad y hacer de ella una herramienta que motorice el pensamiento y la reflexión. A través de distintos encuentros de formación y debate se busca la generación de un pensamiento crítico frente a las diversas problemáticas que nos aquejan como sociedad, como también se intenta visibilizar las miradas de los jóvenes que participaron del proyecto.

Como resultado de este trabajo, los jóvenes plasman sus ideas en afiches/ historietas usando diferentes recursos visuales y artísticos, que refuerzan el mensaje que quieren transmitir.

Esta muestra evidencia el crecimiento del Proyecto Afiches y el alcance que tiene como espacio educativo. Tenemos la intención de reflejar no solo la cantidad y el contenido de los trabajos que se presentaron, sino la calidad artística y el compromiso que lxs jóvenes tuvieron con la propuesta. A la muestra se la acompaña con distintas actividades para reflexionar con sus visitantes en base a las temáticas trabajadas. Así, el trabajo de los estudiantes, se traduce en la generación de un producto visual de gran potencia comunicativa que interpela al espectador/a abriendo un espacio nuevo de reflexión colectiva.

El Parque de la Memoria cumple así con uno de sus más importantes objetivos: incluir a las nuevas generaciones en los procesos de memoria, articulando programas de educación, arte y derechos humanos.

POÉTICAS POLÍTICAS

EXPOSICIÓN COLECTIVA

02.12.16 - 06.03.17 / Sala PAyS

Curaduría: Florencia Battiti – Fernando Farina

¿Dónde acontece “lo político” en un arte que se pretende cargado de potencial crítico?,  ¿en la obra misma o en el público que la aborda? ¿Cuándo y dónde hay “arte político”?, ¿en las exposiciones temáticas, en las prácticas de activismo, en las colecciones especializadas, en las propuestas alternativas de los colectivos de artistas? ¿Sigue siendo útil, válido, provechoso el término “arte político” o sería preferible acuñar una nueva expresión para nombrar a las prácticas artísticas que aun mantienen una vocación disruptiva? ¿Puede el arte imaginar nuevos modos de comunidad sin disolver las diferencias? ¿Cómo incide el contexto y cómo se puede incidir sobre él, tanto en situaciones de aparente progreso social o en momentos donde priman el conservadurismo y los pensamientos reaccionarios? Para pensar estas y otras cuestiones, once artistas provenientes de diversas provincias participan con sus obras en esta exposición.

Artistas

Esteban Alvarez
Carlota Beltrane
Diego Bianchi
Viviana Blanco
Rodrigo Etem
Roberto Jacoby y Syd Krochmalny
Magdalena Jitrik
Leticia Obeid
Jonathan Perel
Gabriel Valansi.

En los medios

El arte político en cuestión
Por Fabián Lebenglik
Página 12, 07/02/17

Otros caminos posibles del arte en el disenso
Por Laura Casanovas
Revista Ñ, 17/12/16