Una exposición del Parque de la Memoria y Abuelas de Plaza de Mayo

Un proyecto artístico de: Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya Baglietto, Remo Bianchedi, León Ferrari, Rosana Fuertes, Daniel Ontiveros, Carlos Gorriarena, Adolfo Nigro, Luis Felipe Noé, Marcia Schvartz, Juan Carlos Romero y Diana Dowek.

Video: Cocuyo Club

Contenidos

INSTITUCIONAL

EL PASADO ABIERTO
AL FUTURO

Hacia fines de 1998, cuando se encontraban vigentes las leyes de impunidad que impedían el juzgamiento de los autores de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar, las autoridades del Centro Cultural Recoleta tomaron una significativa decisión en el marco de su política institucional: otorgar visibilidad pública a la problemática de la apropiación ilegal de niñxs durante la dictadura.

La propuesta fue elevada a Abuelas de Plaza de Mayo, que aceptó y colaboró con información fundamental que el organismo venía recabando desde 1977. Así, una vez acordada la colaboración entre ambas instituciones, el equipo de trabajo se completó con un grupo de artistas visuales*, quienes aportaron su mirada poética y su compromiso con la causa.

La exposición se tituló Identidad y se llevó a cabo en las salas principales del Centro Cultural Recoleta entre noviembre 1998 y enero de 1999. Su objetivo fue poner el foco sobre la búsqueda de lxs nietxs que Abuelas de Plaza de Mayo venía realizando desde octubre de 1977. La estrategia visual de colocar un espejo entre las fotografías de hombres y mujeres –padres y madres– detenidos-desaparecidos y/o asesinados buscaba rescatar algún parecido físico entre ellxs y sus hijxs apropiadxs ilegalmente, jóvenes que por entonces tenían entre diecinueve y veinticinco años, la misma edad que sus padres y madres al desaparecer.

De este modo, la semejanza física podría, quizás, traducirse en parentesco y esxs jóvenes recuperarían su historia familiar. En una primera instancia, los espejos invocaban el llamado de la sangre. Pero los espejos, también, funcionaban en sentido metafórico: cualquiera que se reflejara en ellos se involucraba en la trama de horror de la desaparición y la apropiación, reforzando así la idea de trauma colectivo que la apropiación ilegal ocasionó en toda la sociedad.

A veintidós años de realizada esta exposición, el Parque de la Memoria decide reeditar Identidad, actualizando la información con la que cuenta Abuelas de Plaza de Mayo en relación a lxs nietxs que fueron apropiadxs.

A la fecha son ciento treinta los casos resueltos, de los quinientos que las Abuelas estiman en total; ciento treinta personas recuperaron su verdadera identidad gracias a la fuerza del amor y la lucha inexorable de estas mujeres que son un emblema en todo el mundo, a la reapertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad y a la implementación de políticas de Estado vinculadas a los derechos humanos.

Hoy el objetivo sigue siendo el mismo: localizar a lxs que faltan, recomponer las historias que aún se encuentran truncas, restituir la identidad de cada unx de ellxs para otorgarles el derecho a conocer quiénes fueron sus padres y sus madres, y por ende, de dónde provienen, no sólo ellxs mismos, sino también sus hijxs. Porque si en 1998, cuando esta exposición se llevó a cabo por primera vez, lxs nietxs buscados tenían entre diecinueve y veinticinco años, hoy tienen entre cuarenta y uno y cuarenta y siete, y sus hijxs también tienen derecho a conocer la verdad. Aún hay cientos de hombres y mujeres que no saben que son hijxs de desaparecidos. Sus hijxs –bisnietxs de las Abuelas– tampoco conocen su verdadera identidad.

Que la reedición de Identidad se lleve a cabo en la Sala PAyS del Parque de la Memoria torna insoslayable el diálogo que la muestra entabla con el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado. Y si bien el Monumento resignifica en mayor o menor medida todas las exposiciones que se alojan en la Sala PAyS, el hecho de que muchas de sus placas señalicen la desaparición de mujeres embarazadas reviste este diálogo de un especial espesor simbólico.

Así, esta versión actualizada de Identidad se completa con un audiovisual que recoge diversos testimonios y material de archivo sobre la labor de Abuelas de Plaza de Mayo y con el lanzamiento de la campaña El Parque por la Identidad que, a través de las redes sociales, convocará al público a ejercer su derecho a la identidad: el derecho de cada unx a ser unx mismx.

Parque de la Memoria-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado

 

Un proyecto artístico de:
Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya Baglietto, Remo Bianchedi, León Ferrari, Rosana Fuertes, Daniel Ontiveros,  Carlos Gorriarena, Adolfo Nigro, Luis Felipe Noé, Marcia Schvartz, Juan Carlos Romero y Diana Dowek.

 

INAUGURACIÓN / 12.12.20

IDENTIDAD 2020

Video: Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires

GALERÍA DE IMÁGENES

Fotos: Steven Sierra / Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires

GALERÍA DE IMÁGENES

IDENTIDAD 1998

ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

RECONOCERSE

Las Abuelas de Plaza de Mayo celebramos la reedición de la muestra Identidad, cuyo objetivo fue y es que nuestros nietos y nietas logren reconocerse en los rostros de sus padres y madres desaparecidos. Las Abuelas llevamos más de cuarenta y dos años buscando a los hijos de nuestros hijos, apropiados durante la última dictadura cívico-militar. En estos años de lucha, hemos resuelto ciento treinta casos, pero aún quedan casi trescientos hombres y mujeres, de alrededor de cuarenta años, viviendo con su identidad falseada.

En este largo camino desarrollamos las más diversas estrategias de búsqueda. La educación, el deporte, la música, la fotografía, la literatura, el teatro, las artes plásticas han sido algunos de los vehículos de comunicación para difundir nuestra lucha, cuyo objetivo es encontrar a esos bebés, hoy hombres y mujeres, que fueron primero arrancados de los brazos de sus madres, luego separados de sus familias y criados en otras, que les mintieron sobre su origen e historia.

El material de archivo aquí seleccionado da cuenta del trabajo que llevaron a cabo las Abuelas durante 43 años de búsqueda ininterrumpida.

En el transcurso de estos años los nietos buscados crecieron y las Abuelas desarrollaron estrategias de todo tipo para llegar a ellxs en sus distintas edades. Aquí se pueden ver afiches de diversas actividades como recitales, exposiciones y los ciclos “Teatro por la Identidad”.

La muestra Identidad fue realizada en 1998 cuando nuestros nietos y nietas eran jóvenes, muchos de ellos estaban alcanzando la edad de sus padres retratados en la exhibición. Un espejo los invitaba a reconocerse y reconocer otra historia posible. Hoy los nietos y las nietas han superado la edad de sus propios padres desaparecidos, pero muchos de ellos ya han sido padres y sus hijos, nuestros bisnietos y bisnietas, también tienen derecho a saber la verdad. En esta reedición de Identidad, una instalación que a través de espejos y retratos de nuestros hijos e hijas desaparecidos interpela al visitante con las ausencias, se invita a quienes tienen dudas sobre su identidad a indagar sobre ese vacío. Un vacío que es de toda la sociedad, que a cuarenta y tres años del golpe aún tiene desaparecidos con vida.

El Parque de la Memoria es un espacio de reflexión y homenaje a los 30.000 detenidos desaparecidos por el Terrorismo de Estado. Muchas mujeres fueron detenidas embarazadas, muchas otras y otros hombres fueron secuestrados junto a sus hijos e hijas bebés, niñas y niños pequeños. En la mayoría de los casos, las mujeres embarazadas eran mantenidas con vida hasta dar a luz en cautiverio y luego asesinadas. Esos bebés, al igual que los niños que debieron presenciar el secuestro de sus padres, fueron entregados a familias cercanas al círculo de las fuerzas represivas o ingresados como NN al circuito de adopción. De esa manera se consumaba la sustracción, apropiación y ocultamiento de los hijos de desaparecidos para que no volvieran a tener contacto con sus familias. Pero sus familias nunca bajamos los brazos y salimos a buscarlos y a pedir ayuda para identificarlos.

Las Abuelas de Plaza de Mayo siempre supimos que nuestros nietos están vivos, por eso los seguimos buscando. Hoy junto a los nietos y nietas que hemos encontrado y sus hermanos continuamos la búsqueda, cada vez más urgente. La sociedad que comprendió la gravedad del delito de apropiación nos acompaña y es fundamental para poder hallar a los que faltan. Reconocernos en el rostro, en las costumbres, en los gustos, en las tradiciones, es algo que constituye nuestra identidad individual y también colectiva. Por eso exposiciones como esta, que apelan a la búsqueda desde la sensibilidad, se vuelven herramientas de comunicación potentes para encontrarlos.


Abuelas de Plaza de Mayo

VIDEO DOCUMENTAL

IDENTIDAD
Video documental
Idea y guión: Equipo de Arte e Investigación Parque de la Memoria
Realización: Federico Lo Bianco, Laura Bierbrauer / Cocuyo Club Duración: 20’14’’

Dr. Víctor Penchaszadeh

Médico Genetista, Director del Posgrado de Genética, Derechos Humanos y Sociedad, Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF)

Desde el comienzo de mi profesión aprendí que la genética había sido utilizada en el pasado en forma falaz para avalar violaciones a los derechos humanos como el racismo, la eugenesia, la discriminación a las personas con discapacidades y el genocidio. Por ello, cuando en noviembre de 1982 Chicha Mariani y Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, me visitaron en Nueva York y me lanzaron un desafío: “siendo argentino y genetista, ¿qué tarea mas importante podés tener, que encontrar la manera de identificar a nuestros nietos robados por el terrorismo de estado?”, a pesar de la congoja que sentí al escucharlas, un rayo de luz me estremeció. Es que este reclamo de Abuelas me hizo comprender que estaba frente a una oportunidad única para contribuir a que la genética se redimiera de su pasado oprobioso y se aplicara por vez primera en la defensa de los derechos humanos. El resto es historia: respondiendo al reclamo de Abuelas, en 1983 un equipo de trabajo en Estados Unidos creó el Índice de Abuelidad para identificar a los niños robados, mediante la comparación de sus marcadores genéticos con los de sus posibles abuelos, aún sin contar con la información de sus padres desaparecidos. Luego, en 1987 se creó el Banco Nacional de Datos Genéticos, que desarrolló técnicas de ADN y comparaciones estadísticas que permitieron que hasta el momento recuperaran su identidad 130 hijas e hijos de desaparecidos que habían sido apropiados por la dictadura militar. 

Como siempre he dicho, las dificultades que encontrarían nuestras queridas Abuelas en su larga y magna gesta por el derecho a la identidad, serían principalmente de orden político, ético, legal y psicosocial, y no de tipo tecnológico. Efectivamente, las tecnologías se desarrollaron en forma vertiginosa y eficaz, y la identificación genética, que hacía 35 años parecía una tarea dificilísima, hoy en día es casi un juego de niños. En cambio, los aspectos éticos, legales, psicológicos y sociales del proceso de restitución de identidad son sumamente complejos, como ilustran los obstáculos políticos que han debido sortear las Abuelas en su larga lucha por el derecho a la identidad. Todos esos obstáculos fueron y seguirán siendo vencidos por las Abuelas a fuerza de amor, perseverancia y reclamo de verdad y justicia. 

La genética se puede utilizar para el bien, como en la defensa del derecho a la identidad y el derecho a la salud, o, por el contrario, para el mal, como  discriminar a las personas por su origen, negarles el derecho a la salud o a la inmigración o atribuir falazmente que ciertas conductas que molestan al poder son de origen genético. La responsabilidad de los científicos, entonces, no es sólo asegurar la calidad técnica de su labor sino que su utilización sea en defensa de los derechos humanos y jamás en su vulneración. 

A lo largo de las varias décadas en que tuve el honor de acompañar a las Abuelas en la utilización de la genética para hallar a sus nietos robados, nunca perdí de vista que la identidad personal va mucho mas allá del ADN que heredamos de nuestros padres. En efecto, en la construcción de nuestra identidad es fundamental el medio ambiente en que estamos inmersos a lo largo de la vida: familia, crianza, alimentación, cultura, educación, modo de vida y trabajo, el amor con que se nos trata y los maltratos que a veces sufrimos. Cada nieta y nieto restituido es un ejemplo viviente de esta realidad y un testimonio de la fuerza de la verdad, la memoria y la justicia, que nos reconcilia con la vida y la felicidad. 

Gracias, queridas Abuelas, por habernos dado a los genetistas la oportunidad de aplicar nuestra ciencia en favor de los derechos humanos, sin reducir la condición humana a una secuencia de ADN. Esta historia, no sólo ha sido un parte-aguas personal para mi, sino también, y mucho mas importante, para la Genética, que ha adquirido una deuda eterna con las Abuelas, por haberla agraciado con la oportunidad de probar que esta ciencia, como todas las demás, puede y debe utilizarse en defensa de los derechos humanos.