YO EMPECÉ A PINTAR CUANDO MI ABUELITA EMPEZÓ A PERDER LA MEMORIA

Del sábado 3 de agosto al domingo 20 de octubre de 2024

Yo empecé a pintar cuando mi abuelita empezó a perder la memoria / so uaña, qo’ollaxa aso ñe come mashe santouen nache chexoqteu’a ra sa’amnaxan, una exposición de Camila Barcellone, Tati Cabral, Paola Ferraris, Anahí Fiorella Gómez y Celeste Medrano con curaduría de Kekena Corvalán. 

El 19 de julio de 1924, un avión biplano Curtiss JN-90 sobrevoló Napaalpí arrojando comida y caramelos: cuando la personas pertenecientes a las comunidades qom y moqoit salieron a recogerlos, un centenar de policías, gendarmes y civiles terratenientes dispararon y remataron con machetes a familias enteras, por haberse negado a seguir trabajando el algodón a cambio de algo de ropa y vales que no podían convertirse en dinero. Masacraron a centenares. A los hombres se los mutiló, o se los decapitó. A quienes lograron huir se los persiguió por el monte, no se pretendía dejar testigos. Sólo lograron sobrevivir cerca de cuarenta niños, y unos quince adultos. Los cadáveres masacrados fueron enterrados en fosas comunes. Muchos de quienes pudieron conservar su vida debieron olvidar su idioma, invisibilizarse y volver al trabajo precario como jornaleros en la tierra de la que antes fueron despojados. La estigmatización indígena continuó usándose como forma de dominio y exterminio. El 19 de mayo de 2022 un juicio por la memoria reconoció la responsabilidad del Estado en los delitos de homicidio agravado y reducción a la servidumbre y ordenó medidas reparatorias.

A cien años de la Masacre de Napaalpí, esta muestra propone indagar a través de pinturas, instalaciones y documentos, las memorias de la Nación Qom. La artista Fiorella Anahí Gómez, perteneciente a esta comunidad, comienza a pintar su historia familiar cuando su abuela Matilde (sobreviviente de la masacre Qom) empieza a perder la memoria. Así también comenzó un proceso de recuperación de su lengua, silenciada como consecuencia de la misma necropolítica que provocó la aniquilación de las culturas originarias y diversa dentro de las políticas de exterminio de nuestras repúblicas liberales y sus alternados golpes de Estado.

Este proyecto nace con la firme convicción de que el arte es una manera de recuperar la memoria, la micro y la macrohistoria, y de hacer justicia visual, social y poética. 

A cien años de la Masacre de Napa’alpí, esta muestra propone indagar a través de pinturas, instalaciones y documentos, las memorias de la Nación Qom. La artista Fiorella Anahí Gómez, perteneciente a esta comunidad, comienza a pintar su historia familiar cuando su abuela Matilde (sobreviviente de la masacre Qom) empieza a perder la memoria. Así también comenzó un proceso de recuperación de su lengua, silenciada como consecuencia de la misma necropolítica que provocó la aniquilación de las culturas originarias y diversa dentro de las políticas de exterminio de nuestras repúblicas liberales y sus alternados golpes de Estado.

Curaduría:

Kekena Corvalán

Camila Barcellone
Tati Cabral
Paola Ferraris
Fiorella Anahí Gómez
Celeste Medrano