VOLÁTIL FELICIDAD: Relatos inmateriales de los 90'

Curador: Rodrigo Alonso

13.05.15 - 09.08.15 / Sala PAyS

Guest Curator: Rodrigo Alonso
 
El Parque de la Memoria presenta Volátil felicidad: Relatos inmateriales de los 90, una exposición curada por Rodrigo Alonso que recupera una parte de la producción performática de aquellos años. En ésta se percibe el reclamo por derechos y libertades a los que la democracia todavía no había dado respuesta (culturales, de género), pero también, los nuevos regímenes del cuerpo desligado de las violencias represivas de la dictadura, aunque muchas veces sometido a otras violencias (como las de las normas conservadoras o las del consumo). Esto sucede en un tiempo de resistencias y de cruces, que da vida a propuestas híbridas de un alto grado de performatividad, en las cuales conviven el teatro, la danza, las artes visuales, la poesía, la moda. Un tiempo en el que la felicidad se percibe finalmente como un derecho, tras la oscuridad del terrorismo de Estado y la lenta y traumática recuperación republicana.¿Es usted feliz? Cuando Alfredo Jaar hizo circular esta pregunta por las calles de Santiago de Chile, el país transandino vivía bajo un régimen de duras restricciones a las libertades sociales e individuales. ¿Cuál es el sentido de una pregunta simple en un contexto complejo? Gran parte de la fuerza política y poética de sus Estudios sobre la felicidad (1979-1981) descansa sobre este dilema. ¿Cuál hubiera sido la respuesta a esa pregunta en la Argentina de los años noventa? 
 
Probablemente distinta, aun cuando el presidente Carlos Saúl Menem implementó políticas económicas neoliberales similares a las de Augusto Pinochet. Sin embargo, su marco fue otro. Aunque todavía frágil, la democracia se había establecido y las libertades individuales eran plenas. De hecho, éstas fueron fomentadas a tal extremo que prácticamente se desarticularon los proyectos sociales y comunitarios, y la gente comenzó a encerrarse en sus deseos personales y en el hedonismo autocomplaciente propulsado por las teorías de la postmodernidad. Así, en el imaginario colectivo, los años noventa sobreviven en el recuerdo como la era del “uno a uno”, los shopping centers, las tarjetas de crédito, el vocabulario amable de las empresas privatizadas, el consumo compulsivo y los viajes al exterior. Son los tiempos de una felicidad construida alrededor de la acumulación de bienes y el disfrute de los servicios, que ocluye el desmantelamiento de la industria nacional, el achicamiento del Estado, la eliminación de beneficios sociales y derechos laborales, la mengua de las responsabilidades empresariales. Como sabemos, esos procesos desembocan en una de las crisis sociales y financieras más profundas que haya conocido nuestro país, obligándonos a reconsiderar las bondades de la mencionada década.
 
Pero esa felicidad no oculta una incomodidad latente. La precarización laboral y de los servicios sociales, el aumento de la indigencia y la corrupción, la banalización del discurso político, las decisiones de gobierno orientadas a favorecer a las corporaciones y cada vez más alejadas de la gente, la anulación de ciertos logros de los años anteriores (como el Juicio a las Juntas Militares despreciado por los indultos menemistas), abonan el terreno del descontento social que empaña los brillos de una economía supuestamente próspera y un bienestar supuestamente triunfante. Muchos artistas dan cuenta de este clima en trabajos en los que no están ausentes la angustia y la desazón, amargos emergentes de una década dura y ambivalente. En vistas a consolidar la consistencia del período abordado, la exposición amplía el espectro de la época incluyendo la presidencia de Menem y sus consecuencias (1989 – 2001).
 
La fiesta menemista no es la única que marca con sus extravagancias el pulso de la década. También los jóvenes encuentran en las fiestas el ámbito ideal para materializar fantasías y cuestionar límites sociales. “Se bailaba, y mucho – sostiene Leonardo Aguirre –, por las ganas de dar rienda suelta a un hedonismo que chocaba con el discurso economicista de los 90s”. Cemento, el Parakultural, Morocco, Babilonia, Ave Porco, Dr. Jekill, Bolivia y El Dorado, entre otros, son los centros de esta movida que es, ante todo, nocturna. En estos espacios se generan cruces productivos entre la música, las artes visuales, el teatro y la performance. Por allí desfilan con asiduidad, Batato Barea, Humberto Tortonese, Alejandro Urdapilleta, Mosquito Sancineto, Mónica García, Fernando Noy, Katja Alemann, Sergio de Loof, Klaudia con K, Omar Chaban, Margotita Moreyra o Peter Pank, entre muchos otros artistas, y presentan sus primeros trabajos agrupaciones como La Organización Negra y Teatro Sanitario de Operaciones. Entre los primeros, algunos performativizan sus cuerpos y apariencias, en el sentido que da a esta palabra la teórica Judith Butler: como táctica de construcción genérica y de identidad singular (no social). En otros contextos, la fiesta apunta principalmente a contrarrestar la moralidad conservadora. En Córdoba, Marcelo Nusenovich organiza Body Art, la fiesta del cuerpo (1993), Las marcas del género (1994) y La fiesta de los deseos (1994), con este objetivo. 
 
Según sus palabras, “El ciclo festivo intentó cambiar efímeramente la cara tradicional de Córdoba, criticando la estructura con performances en torno a símbolos dominantes bastante provocativos para la época”. En Tucumán, las distintas ediciones de Tenor Grasso (1995-1999) escandalizan al público local con cuerpos desnudos, trajes extravagantes y ambigüedades varias, presentadas en sitios tan disímiles como el Museo Timoteo Navarro o un shopping center. En Buenos Aires, Ariadna Pastorino, Sebastián Linero y Cristina Schiavi organizan celebraciones del día de los muertos, y Nicola Costantino repite un festín siniestro realizado originalmente en el Museo Castagnino de Rosario. Una de las claves de la década es la porosidad entre los recintos institucionales y su exterior. Muchos de los artistas que protagonizan la movida nocturna de Buenos Aires llegan al Centro Cultural Ricardo Rojas, el Instituto de Cooperación Iberoamericana, la Fundación Banco Patricios, el Centro Cultural Recoleta, el Casal de Catalunya, ámbitos por donde circula la creación más renovadora. Pero también hay un cuestionamiento constante a las instituciones artísticas, como sucede en las obras de Remo Bianchedi, Grupo Escombros, Alfredo Portillos, Arte Trillizo, Rodolfo Bulacio, Diego Melero y Oscar Bony que se presentan en esta exposición. 
 
En otras, la institución funciona como caja de resonancia: es el caso de la performance de Alfredo Prior sobre Marcel Duchamp, y la de Tomás Espina sobre la célebre pintura de Ernesto de la Cárcova. La opción de la calle como centro de acción encarna otra crítica a los lugares protegidos del arte; esto se observa en el trabajo de Daniel Acosta, Carlos Filomía, Graciela Sacco, Carina Ferrari, Alejandra Bocquel, Zoe di Rienzo, y en el de los colectivos Escombros, Etcétera, Grupo de Arte Callejero, Costuras Urbanas, Por el ojo, La mutual Art-gentina o La roca, entre muchos otros. En estos últimos, la calle funciona como escenario para el debate público y político. Los indultos, las privatizaciones, la precarización social y laboral, la fragilidad de la vida en la sociedad capitalista, son algunos de los puntos de partida para sus acciones altamente críticas y movilizadoras. El otro gran eje de la performance de los noventas es sin dudas el cuerpo. Este es muchas veces el aglutinador del conflicto político (Liliana Maresca, Marcos López, Juan Carlos Romero, Marta Minujín, Andrea Fasani, Marcello Mercado, Fabiana Barreda), la demanda de género (Almarmada, Zoe di Rienzo, Majo Goldín), la fragilidad y la resistencia como símbolos de la experiencia vital (Alfredo Portillos, Ar Detroy, Grupo Fosa). En otros casos funciona como soporte de una declaración cultural o estética (Marina de Caro, Perla Benveniste, Emiliano Miliyo, Tomás Espina, Mónica García, Maximiliano Rossini), o como superficie de intervención lúdica (Adriana Bianchi, Ruy Krygier). Formas curiosas aparecen en la producción de algunos dibujos de Ernesto Ballesteros, o en la práctica poética de Poesía espectacular film (1995), de Carlos Essmann, protagonizada por Daniel García Helder, Martín Prieto y Oscar Taborda.

Artistas

Daniel Acosta, Almarmada, Ar Detroy, Arte Trillizo, Batato Barea, Fabiana Barreda, Perla Benveniste, Remo Bianchedi, Adriana Bianchi, Alejandra Bocquel, Oscar Bony, Rodolfo Bulacio, Anahí Cáceres, Nicola Costantino, Marina De Caro, Zoe Di Rienzo, Tomás Espina, Carlos Essmann, Andrea Fasani, Carina Ferrari, Pablo Garber, Mónica García, María José Goldín, Grupo de Arte Callejero, Grupo Escombros, Grupo Etcétera, Grupo Fosa, Rodolfo Juárez, Ruy Krygier, Liliana Maresca, Diego Melero, Marcello Mercado, Emiliano Miliyo, Marta Minujin, Marcelo Nusenovich, La Organización Negra, Ariadna Pastorini, José Pizarro, Por el ojo, Alfredo Portillos, Alfredo Prior, Juan Carlos Romero, Fernando Sebastián, Teatro Sanitario de Operaciones (TSO), Tenor Grasso.

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ENSAYOS SOBRE UN TRIBUNAL
AL PODER DE LA ECONOMÍA POLÍTICA

ALICIA HERRERO

22.03.19 - 09.06.19 / Espacio Base de Datos

Curators: Florencia Battiti – Cecilia Nisembaum

(GET) OUTSIDE THE LAW

In a Kafka’s famous story, a miserable peasant waits for decades before the gates of Law to be let in, for finally dying without knowing that they have always been open.

The Law of Capital works the other way around. It keeps as confined, under the appearance of full freedom (market, speech, citizenship, whatever), but it never shows us the exit door.

Both, however, are complementary. The peasant doesn’t know that he could access, by his own means, the Law that would free him from exploitation. We don’t know that by re-founding the work of the Law we may be able to find the exit.

The Law of Capital is made of something more –much more– than heavy gates and armed doorkeepers (extreme resources when everything else is not enough). It is made, for instance, of words, of a real language that echoes in our ears until it makes us believe that it is our “natural” language, that these words are our own creation.

And it is made of rituals, gestures, behaviors, habits, spaces, images, objects, mythical tales, masquerades, performances, stagings. Basically, everything that is part of what anthropology calls culture. The Capital is a culture that presents itself as nature: its law seems as fatal as, let’s say, the Law of Gravity. And it certainly is fatal: it openly kills a bit everyday.

Ensayos sobre un tribunal by Alicia Herrero suggests a way of performing the law. It implies spatial modifications, images, gestures, habits, etc., in order to place oneself outside this law; to generate another Law that clearly points towards the doors, the exits, the authentic Nature.

For instance, the space of tragedy (and what else is the experience under the Law of Capital?), that gives room and its voice to the Chorus, so that it can testify from its victim role (in Classical Antiquity, as well as today, the witnesses were martyrs: who testified their faith at the expenses of their bodies). 

The corridors of the Law are usually dark, confusing, silent. Here, going through a corridor of critical clarity, the geometries of the Law spin around themselves to light up, with their own movement, the evidence of the necessity of a trial to the Law of Capital, where the Chorus would be a different kind of witness:  one that re-creates the Law with its collective and polyphonic voice.

There, in the enclosure, it will be shown that the presentations of the case, or the accusations, are embodied by women. It can’t be chance. They are today a little bit outside the Law (of Capital). They are not the only ones, of course. All the wide and painful areas of exclusion, marginalization, exploitation, the arbitrary domain, the mind colonization –that’s to say, almost everybody–  are the potential enclosures where the law could be re-created.

Furthermore, as Alicia’s work seems to suggest, a new kind of judge could also be created. Because, with the Law of Capital, the judge, that by definition rules, can be ruled out.

Eduardo Grüner 

ALICIA HERRERO

(Buenos Aires, 1954) Bachelor’s degree at Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. She exhibited for the first time in 1986, her work has been presented in various exhibitions, such as Tácticas luminosas at Fundación Fortabat (Buenos Aires, 2019); Democracia en Obra at Centro Cultural Kirchner (Buenos Aires, 2018); intervention at Fundación Proa (Buenos Aires, 2018); I BienalSur (Buenos Aires, 2017); individual exhibition at Henrique Faria (Buenos Aires, 2017); It´s the Political Economy, Stupid at DAAP Galleries (Cincinnati, 2016); Galerija Nova (Zagreb, 2014); Gallery 400 (Chicago, 2013); Austrian Cultural Forum New York and Center of Contemporary Art (Thessaloniki, 2012); Adquisiciones recientes at MALBA, (Buenos Aires, 2012); individual exhibition at Henrique Faria (Buenos Aires, 2012); VIII Bienal do Mercosul (Porto Alegre, 2011); individual exhibition at Dispari & Dispari (Reggio Emilia, 2009); Be(com)ing Dutch at Van Abbemuseum (Eindhoven, 2008);  IV Goteborg Biennale (2007); 1ª Bienal del Fin del Mundo (Ushuaia, 2007); Relectura colección MAMBA (Buenos Aires, 2005); individual exhibition MACRO, (Rosario, 2005); Alltag und Vergessen at NGBK (Berlin, 2003); Shedhalle (Zurich, 2003); Últimas Tendencias at MAMBA (Buenos Aires, 2002); intervention at Boijmans van Beauningen Museum (Rotterdam, 2001); individual exhibition ICI (Buenos Aires, 1998); individual exhibition at Centro Cultural Ricardo Rojas, (Buenos Aires 1997); individual exhibition at Fundación Banco Patricios (Buenos Aires, 1997); [en tránsito] Señales Presentes at Museo del Chopo (Mexico) and Fundación Banco Patricios (Buenos Aires, 1997/96); Violaciones domesticas at Espacio Giesso (Buenos Aires, 1994); V Bienal de La Habana (1994). Her work has been included in publications such as Art and Politics Now, Thames & Hudson; Künstlerische Projekte Zur Vermittlung, Taschenbuch; Rethinking Marxism, Taylor & Francis. Her work is part of public collections at Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Castagnino+MACRO in Rosario, Centro Arte Contemporáneo Mendes in Rio de Janeiro and Centro Wilfredo Lam in La Habana, among others. She has directed the LiPac Rojas-UBA and published Consideraciones sobre lo Público, un Simposio en Tres Actos (2011).

Press

Quién sabe Alicia
by Agustina Paz Frontera
Cohete a la Luna, 28/04/19

Ensayo sobre un tribunal, Alicia Herrero
by Vuenos Airez
28/04/19

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LUCHA DE CALLES
Imágenes y Relatos a 50 años del Cordobazo

Collective exhibition

22.03.19 - 09.06.19 / Sala PAyS

Curators: María Alejandra Gatti – Cecilia Nisembaum 

50 years after one of the most significant popular revolts in our history, the exhibition problematizes this historical event through the semantic potentialities provided by archival materials and the poetic possibilities allowed by contemporary art. 

What is left today of the insurgent power of that revolt that brought together workers, students, and neighbors in the same complaint? What gestures and what forms shaped the rebellion before the oppressive weight of repression and the subjugation of the rights? How to recount this scheme without losing sight of the new meanings that emerge with the passage of time? 

Along these lines, we revisited a milestone of recent Argentine history by connecting different documentary materials with works by Tomas Espina, Enrique Jezik, Hugo Aveta, Fernando Allievi, Lucas Di Pascuale, Julia Mench, RES and Marcelo Brodsky.

Paying attention to historical accuracy, and as a collective exercise, we start from some core ideas that allow us to sketch links and bring light to areas that, in a way, reshape that scenario as they bring it back to the present time, in a sort of palimpsest that provides new layers of meaning. Likewise, this exhibition reinforces the decision taken by Organismos de Derechos Humanos (Human Rights Organizations) of initiating the Monumento a las Victimas del Terrorismo de Estado (Monument to the Victims of State Terrorism) roll call in 1969, with the names of the victims of the Cordobazo and the posterior popular revolts that took place in other areas of the country.

The Cordobazo remains in the Argentine political imaginary as an icon of popular rebellions. The events that took place on May 29 and 30 were portrayed by a vast number of photojournalists and camerapersons that were also witnesses. RES, as well as Allievi, appropriates these images not to certify the truth of the facts, but to unveil, by this action, new readings from our present time.

In the face of barricades and burning cars images, history builds a mythical epic around the peculiar conjunction of workers and students organizations. The works of Aveta and Espina oscillate in this dialectic between violent and heroic. Brodsky’s and Di Pascuale’s works are a counterpoint between what’s collective and what’s individual. Both, in different ways, allude to the international and local context, influenced by that political utopia. 

No historical event is stick to its origins; every time it is recalled, it is also updated, re-engraved in a new context. Thus, Mensch and Jezik works take phrases from different places and make them their own, recovering meanings that are updated outside the borders of their original context.

Facing the epic of the popular revolt –that remains in the memory as a landmark of collective resistance and participation– allows us to critically re-think our present, ask questions and articulate claims that may take shape and gain strength as a political act. 

María Alejandra Gatti – Cecilia Nisembaum

A moment of victory

The protesters are in the middle of the street. The mounted police move towards them; they are charging ahead. A shower of stones and other projectiles welcomes them. So they stop and retreat. They will come back, but a moment of victory was filmed, a blow to Goliath. Those seconds, in low-quality black and white, became the canonic images of the Cordobazo.

The great revolt that started on May 29, 1969, is usually recalled as a people’s triumph. A date that might be claimed by many groups: different currents of the left, Peronism, segments of Unión Cívica Radical, “progressivism” –distant from the others–, unions, Catholic groups that suggest “an alternative for the poor”, and more. The massive demonstration against General Ongania’s dictatorship carried out by workers, students and other men and women from Ciudad de Córdoba –that was transformed, after the failure of the first repression, in a popular rebellion that briefly controlled the urban space– inspired and inspires affection. 

There are many ways to approach the Cordobazo. If we analyze the circumstances, we can see it as the result of a general resistance to the economic adjustment, the authoritarianism of the “Revolución Argentina” –established through a military coup in June 1966–, and Cordoba’s particular circumstances. The labor movement was strong; the student movement especially active and the “Primer encuentro nacional de sacerdotes para el tercer mundo” (First Encounter of Priests for the Third World) had been celebrated the previous year. In 1969, the strike was encouraged by the growing discontent of metalworkers, autoworkers and Light and Energy and transport unions’ due to different reasons in each sector and because of the national policies. The conjunction of three union leaders initiated the Cordobazo: Elpidio Torres, Atilio López (Peronism) and Agustín Tosco (aligned with the left).

Broadening the geographical scale, we can notice various milestones that took place between 1968 and 1969: The French May, Vietnam War sit-in in the United States, The Prague Spring in the communist bloc and the Tlatelolco Massacre in Mexico. There also appeared massive protests in Montevideo, Rio de Janeiro, Santiago de Chile, Bogota, London, Milano, Rome, Belgrade, Dakar, Melbourne, among others. In this way, the Cordobazo was part of a series of important youth-led and sometimes worker-led protest movements that went beyond national borders. And if we take it further and we consider the temporal scale, Cordoba’s events are part of a tradition of popular participation that has been key in Argentine politics since the XIX Century. 

The Cordobazo had relevant consequences. Even though the army recovered control over the city and the main leaders were incarcerated, the movement announced the failure of the dictatorship’s project to redefine the rules. Together with other revolts, other Argentinean “azos” between 1969 and 1972, it set the course of the popular resistance and it was the starting point of a political and social radicalization of great proportions. 

Very soon, it became a legend. For the ones who experienced it, it was a model. For us that were born afterward, one of those moments with aura; when the reality is questioned, when the human action seems capable of anything. Even if it wasn’t without tragedy –the death of the worker Máximo Mena due to a police fire signified the first martyr–, and may be due to the vertiginous events of the following years, the Cordobazo remained to some extent separated from the posterior armed fight, from the spiral of violence and State Terrorism. It remained in its place before the fear, before the massacre; and in its wake endures a shinier memory.

A half-century is a long time. Little seems to be left in Cordoba of that Cordoba. Our Argentina is doubtlessly very different from the one of 1969. There will be many commemorations this year, and certainly, this contrast will be highlighted. But the Cordobazo isn’t only a moment of the past. It is a legend that is still relevant and will remain alive as a hope. 

Gabriel Di Meglio

Artists

Fernando Allievi
Hugo Aveta
Marcelo Brodsky
Lucas Di Pascuale
Tomás Espina
Enrique Ježik
Julia Mensch
RES

Press

Una muestra sobre el Cordobazo se inaugurará en el Parque de la Memoria
Télam
16/03/19

Exposición sobre el Cordobazo
América Latina
22/03/19

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LA TEORÍA COMO ACCIÓN

OSCAR MASOTTA

09.11.18 - 24.02.2019 / Sala PAyS

Guest curator: Ana Longoni

Resultado de años de investigación colectiva, esta exposición se centra en la trayectoria de Oscar Masotta (Buenos Aires, 1930- Barcelona, 1979), figura crucial en la modernización del campo cultural argentino entre los años cincuenta y setenta.

Este proyecto expositivo, organizado mediante diferentes núcleos temáticos, se propone recuperar su compleja trayectoria intelectual y artística, destacando su rol crucial como impulsor de la vanguardia argentina, a partir de su concepción del ejercicio teórico como un modo de acción política.

La muestra busca integrar las distintas constelaciones de lecturas y zonas de incidencia que articuló Masotta, en una exposición que reúne material documental de procedencia diversa, junto con obra artística del propio Masotta y de aquellos artistas sobre los que escribió: Roberto Jacoby, Eduardo Costa, Raúl Escari, Marta Minujín, Charlie Squirru, Dalila Puzzovio, Rubén Santantonín, Luis Wells y Alberto Greco. Asimismo, da cuenta de la vitalidad de su legado en el arte contemporáneo a partir de las producciones de Gonzalo Elvira, Dora García, Guillermina Mongan y el colectivo Un Faulduo.

Intelectual tan lúcido como voraz, sus múltiples y cambiantes intereses incluyen arte, literatura, historieta, política y psicoanálisis.  Entrecruzó paradigmas de pensamiento como el existencialismo, la fenomenología, el estructuralismo y la semiótica. Nociones como vanguardia, desmaterialización, discontinuidad y ambientación lo ayudaron a pensar las radicales transformaciones que acontecían en su tiempo. A contrapelo del clima antiintelectual que predominaba a fines de los sesenta, defendió la labor teórica como un modo específico de intervención política.

Exiliado en Barcelona desde 1975, Masotta se vinculó activamente a la escena contracultural, y propagó el estudio del psicoanálisis por el Estado español a través de cientos de grupos de estudio.

Nunca dejó de reclamarse marxista, pero lejos de cualquier ortodoxia intentó una aproximación al peronismo y a la cultura popular. Su labor como crítico literario y su rol como introductor de Jacques Lacan en el psicoanálisis de América Latina y España son conocidos, mientras sus intervenciones (no solo teóricas sino como impulsor y realizador) dentro de la vanguardia artística y el cómic empiezan a ser recuperadas recientemente. Teóricos, curadores y artistas contemporáneos hallan en él un semillero de ideas y experiencias que obligan a repensar los relatos sobre el arte de los sesenta y llevan a considerar sus incidencias actuales, sus anticipaciones y sus caminos truncos. 

This exhibition organized by the Museo Universitario Arte Contemporáneo, MUAC, was exposed at the Museu d´Art Contemporani of Barcelona and continues the itinerancy at the Parque de la Memoria – Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado.

Press

Cómo medir la dimensión de Masotta
by Julia Villaro
Revista Ñ, 10/11/18

Alrededor de la teoría como acción
by Ana Longoni
Página 12, 13/11/18

La teoría como acción, la voz viva de Oscar Masotta a 40 años de su muerte
by Daniel Gigena
La Nación, 13/01/19

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AQUI MISMO Y AHORA MISMO

HORACIO ZABALA

07.09.18 - 15.10.18 / Espacio Base de Datos

Curators: Florencia Battiti – Cecilia Nisembaum

IDA Y VUELTA POR DOS CINTAS NEGRAS

Dos anchas cintas negras a lo largo de un pasillo enlutan y también conducen

El luto -bajo diversas formas y colores- es un ritual tan antiguo como la comunidad humana misma. A propósito de él, los antropólogos hablan de una “crisis de la presencia” que sacude a la sociedad cuando uno o más de sus miembros mueren.  El luto es un signo que esa sociedad lleva, traslada, en su actuar cotidiano. Ese movimiento es la contrapartida complementaria de la inmovilidad de la tumba, el más arcaico signo de cultura sobre la superficie de la tierra. Luto y tumba son presencias vitales que conservan el lugar de una ausencia de vida. Cuando falta una -y entre nosotros faltan miles- el ritual queda amputado: la “crisis de la presencia” no se resuelve en la producción simbólica del duelo, y en el lugar de la tumba solo queda un agujero oscuro en la memoria. Las cintas negras, sin su otra cara, permanecen, sin embargo: como si dijéramos, flotando en el aire irrespirable.

Es entonces cuando las cintas mutan su significado. Podían haber sido simple señalamiento de la ausencia, o tachadura simbólica de la crisis de presencia. Ahora son fisuras, abismos delimitados, dentro de cuya negrura están todavía al acecho los fantasmas que deberían haber quedado encerrados para siempre en la tumba. Ellas, las cintas, ya no circulan libremente en las solapas de los deudos, sino que hacen circular una deuda que no cesamos de no poder pagar. Quitadas del aire y pintadas en una pared, hacen las veces de flechas que señalan en la dirección del origen de la crisis: el luto ya no es duelo, melancolía ni nostalgia, es análisis crítico en acto.

Las flechas negras, decíamos, ya no se limitan a flotar: conducen a otro lugar. El final del pasillo se abre a un espacio en el que aquel origen, lejos de apuntar a la fatalidad natural que le espera a cada cual, se revela como la violencia producida por el poder sobre el mundo. Zabala, desde luego, privilegia esta parte del mundo, la “nuestra” -que seguirá entre comillas mientras nos siga estando secuestrada-, aunque no hay por qué pensar en una restricción geográfica: toda buena cartografía dibuja tanto fronteras como líneas de pasaje. Las fracturas entre esos espacios potencialmente continuos, justamente -no hay más que mirar el ámbito a donde nos condujo el pasillo enlutado-, son agujeros abiertos por aquella violencia del poder.

En efecto: un hacha hiende, abre una herida; un rectángulo opaco tapa; una rasgadura, una quemadura, un recorte, también una cárcel -que es un recorte en el movimiento de los cuerpos- sacan de la vista. Heridas, tapaduras, supresiones, son ausentamientos violentos que replican, sobre el territorio cartografiado, la “crisis de la presencia” social que el poder provoca en su avidez de control. Lo eliminado por él, todo eso que no permite que la tumba se cierre y que el luto sea completo, va a incorporarse -ahora lo advertimos- a las fisuras negras de las cintas por las cuales nos deslizamos hacia el recinto. El camino de vuelta, la salida desde ese espacio, ha cargado a las cintas con otro sentido, con otro destino (la lengua castellana autoriza ese anagrama ominoso). Ya podemos ver mejor qué se agita dentro de las fisuras negras.

A sus producciones Horacio Zabala las llama “anteproyectos”. Él me disculpará, supongo, que juegue con esa palabra y hable de anti-proyectos. Es que, en ellos, la premeditación termina siempre cediendo lugar a lo imprevisto. La mejor prueba es que es, si no me equivoco, la tercera vez que el artista se ve envuelto en las cintas negras. Lamentablemente, eso es muy lógico: la historia sigue prodigando lutos inacabados. Cada uno tendrá que decidir a qué responde, en cada momento, la necesidad de la repetición (esa que, como decía Kierkegaard, siempre aparece como una novedad). Que se puede llamar, en efecto, “re-creación”, “re-visión”. Mientras ella siga siendo luctuosamente inevitable, al menos, y no es poco, existen quienes son capaces de transformarla en pasión crítica.

Eduardo Grüner 

Horacio Zabala nació en Buenos Aires en 1943. Recibió una licenciatura en arquitectura en 1973, aunque ya a mediados de los años 60 se dedicaba a las otras artes visuales, como lo sigue haciendo hasta nuestros días. Zabala ha continuado desde entonces produciendo un cuerpo de trabajo que es experimentalmente arriesgado y densamente teórico en sus reflexiones, y vinculado con el arte conceptual. Exiliado en 1976, Zabala vivió durante 22 años en Italia, Austria y Suiza. Zabala ha participado en innumerables muestras grupales (los Encuentros de Pamplona de 1972; los extremos de la tierra: el arte de la tierra en 1974, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles en 2012; Monocromos [monocromos] en el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires, junto con Eduardo Costa y Marcelo Boullosa) y varias exposiciones individuales, como las que tuvo en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en 1998, el Fondo Nacional de las Artes en 2002. Su muestra individual más reciente fue Reiteraciones en Henrique Faria Fine Arts en Nueva York en 2012. Actualmente está preparando una retrospectiva de sus trabajos en la Universidad Nacional del 3 de febrero (UNTREF), curada por Fernando Davis.

Press

Una poética de la insistencia y la intensidad
by Laura Casanovas
Revista Ñ, 03/1/18

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5 PIEZAS, 2011-2018

LUIS CAMNITZER

07.09.18 - 15.10.18 / Sala PAyS

Curators: Florencia Battiti – Cecilia Nisembaum

El arte como una forma de ver el mundo.

Para el artista y teórico uruguayo Luis Camnitzer, el arte no es una forma de expresión, sino una forma de pensar críticamente, un modo de adquirir y expandir el conocimiento, el lugar donde puede suceder lo que no puede ocurrir en otro sitio. Algo así como un territorio de libertad en el que, si se postulan problemas o cuestiones descabelladas, no importa tanto la solución concreta sino el proceso de aprendizaje por el cual se transitó. Así, con esta exposición como coartada, Camnitzer retorna al Parque de la Memoria y nos interpela a que reflexionemos en torno a ciertas preguntas: ¿Qué es la patria? ¿De qué está hecho el tiempo? ¿Qué violencias anidan sigilosas y furtivas en las convenciones sociales que regulan nuestras vidas a diario?

Cinco piezas realizadas entre 2011 y 2018 conforman un cuerpo de obra que dispara cuestionamientos relativos a la artificiosidad de las construcciones sociales, como las naciones y su simbología (los himnos y las banderas), pero también a una de las mayores entelequias humanas: el tiempo. En efecto, el modo en que la sociedad de consumo, con su frenético ritmo de producción y obsolescencia, ha mercantilizado el tiempo en todas sus dimensiones es, quizás, uno de los problemas más acuciantes que la humanidad atraviesa en la actualidad. Nada, ni siquiera el deseo, ya parece escapar a los imperativos del consumo. Y sin embargo, tanto la patria como el tiempo son construcciones y convenciones sociales, son ficciones creadas por el hombre cuyo sinsentido hoy, en la era de la revolución digital, se percibe cada vez con mayor fuerza.

Otro constructo social (otra ficción), el lenguaje, forma parte sustancial de la obra de Camnitzer desde mediados de los años sesenta, esos mismos años en los que el ideario de la modernidad comenzó a resquebrajarse. La palabra, entonces, se constituye en su trabajo no solo como representación, sino como configuración del mundo: sus obras plantean descripciones de situaciones visuales para que estas sean activadas en la mente de quien las lee. En este sentido, resulta particularmente revelador el hecho de que Camnitzer prefiera referirse a su trabajo como arte contextual en lugar de arte conceptual, una práctica que apunta a activar la energía del contexto, apropiándose de él para que forme parte de la obra.

¿Cómo cuestionar aquello que aceptamos como absoluto? Una posible vía sería considerar el arte como un instrumento para el conocimiento, una herramienta pedagógica. En sus propias palabras: Frente a la usurpación hegemónica del arte que lo limita a ser una producción de mercancías, en la periferia es necesario que el arte sea utilizado como un agente de transformación (…). Esto es en sí una posición política, independiente del contenido narrativo”. 

Uno de los absolutos del arte que Camnitzer cuestiona (y del cual desconfía) es la belleza, esa categoría estética que durante siglos se erigió como el propósito último del arte. Jane Doe, el equivalente anglosajón de los N.N., es decir, personas cuya identidad se desconoce, es un retrato digital obtenido a través del montaje de imágenes extraídas de la web, cincuenta rostros de mujeres aparecidos en reportes policiales on line, mujeres que fueron abusadas, violentadas y asesinadas. Acompañado de una narrativa textual tomada también de archivos policiales, el resultado de la superposición de imágenes es un rostro de mujer de belleza cuasi angelical. Así, cada una de las singularidades de los rostros mutilados de estas mujeres se disuelve y desaparece en el magma combinatorio de las imágenes. La belleza se presenta como un promedio de la regularidad (de la mediocridad, incluso) que diluye la singularidad del sujeto sin generar ningún conocimiento nuevo. 

Si bien el arte y los artistas no logran intervenir en la efectiva redistribución del poder en el mundo, al menos vale la pena trabajar por la redistribución de la habilidad creativa, de modo que la creación no quede circunscripta a un pequeño segmento de la población que se autodenomina artista.  En este sentido, contra un capitalismo de la creatividad en el cual el arte como profesión especializada tiene por función primordial la producción de objetos para ser insertados en el mercado, Camnitzer aboga por un socialismo de la creatividad, en el que los artistas comparten con la sociedad las metodologías que desarrollan para la creación artística. No se trata de que todos los individuos se conviertan en artistas o realicen obras de arte, sino de que la creatividad, es decir, esa singular manera de pensar y administrar las emociones, sea accesible a todas y cada una de las personas.     

Hacia este propósito ético es que apunta la obra de Luis Camnitzer, un derrotero de incuestionable coherencia que sigue apostando a desacralizar la práctica del arte para resituar su finalidad fuera de la lógica de exhibir piezas en museos y más cerca de incentivar y democratizar el uso de la creatividad y la imaginación. 

Florencia Battiti 

Luis Camnitzer (n.1937) es un artista y escritor Uruguayo de ascendencia Alemana, quien se mudó a Nueva York en 1964. Estuvo a la vanguardia del Conceptualismo en la década de los sesenta, trabajando principalmente en las técnicas de grabado, escultura, e instalación. El trabajo de Camnitzer explora temáticas de justicia social, represión, y crítica institucional. Su uso del lenguaje como medio artístico—humorístico, cortante y a menudo de tono político—ha distinguido su práctica por más de cuatro décadas. En 1964 fundó The New York Graphic Workshop junto a Liliana Porter, artista argentina, y el venezolano Guillermo Castillo (1941–1999). El colectivo trabajó conjuntamente durante seis años explorando el significado conceptual detrás de la técnica de grabado, buscando experimentar y ampliar su definición. A finales de los ‘60 y principios de los ‘70, Camnitzer desarrolló un cuerpo de trabajo que exploró el lenguaje como medio principal, alternando entre texto impreso sobre paredes y papel, como en la obra Diccionario y la instalación Living Room (ambos 1969). Mientras que su interés por el lenguaje se acentuaba, de igual forma su intención por identificar problemas sociopolíticos a través del arte tomo forma y presencia dentro de su obra en gran parte como respuesta a la creciente ola de regímenes militares tomando posesión de América Latina durante las décadas de los sesenta y ochenta. Durante la misma época su trabajo también tornó la mirada el panorama político de su país adoptivo Estado Unidos. Durante la década de los setenta y ochenta, Camnitzer unificó lenguaje y humor a través de sus cajas-objetos, obras en los cuales colocó artículos ordinarios protegidos por un armazón de madera y vidrio, acompañados de texto impreso sobre una placa de metal. Podría decirse que estas cajasobjectos anticiparon una de las obras más importantes de Camnitzer, Uruguayan Torture Series (1983–84). Esta serie de fotograbados personifica la habilidad de Camnitzer para cuestionar el rol social y político que desempeña un individuo dentro de una sociedad, asimismo examina el alcance de la psicología humana, asociando imágenes y texto para así crear un nuevo significado. Aunque Camnitzer hizo de Nueva York su residencia permanente, su obra permanece vinculada a su tierra natal, Uruguay, y en general con América Latina. Tanto su obra como escritos lo han posicionado como voz clave dentro de los debates sobre poscolonialismo, conceptualismo y pedagogía en el arte. 

El trabajo de Luis Camnitzer ha sido presentado en instituciones de primer nivel desde los años sesenta, incluyendo muestras individuales en El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Santiago, Chile (2013);  El Museo del Barrio, Nueva York (1995); Museo Carrillo Gil, Ciudad de México (1993); y List Visual Arts Center en M.I.T., Cambridge, MA (1991). Retrospectivas de su trabajo han sido presentadas en Lehman College Art Gallery en el Bronx, Nueva York (1991); Kunsthalle Kiel, Alemania (2003); Daros Latinamerica Collection en Zúrich, Suiza, El Museo del Barrio, Nueva York; y Museo de Arte Moderno de Medellin, Bogotá, Colombia (2010–13). 

Ha sido ganador de la beca Guggenheim (Guggenheim Fellowships) en dos ocasiones, 1961 y 1962. Un reconocido crítico y curador, Camnitzer escribe frecuentemente para revistas de arte contemporáneo. Es autor de New Art of Cuba (University of Texas Press: 1994, 2003), Conceptualism in Latin American Art: Didactics of Liberation (University of Texas Press: 2007) y Didáctica de la liberación: Arte conceptualista latinoamericano (Fundación Gilberto Álzate Avedaío, IDARTES: 2012). Así mismo, ha impartido cátedras en la State University of New York, College at Old Westbury desde 1969, y continúa adoctrinando como profesor emérito

Press

Cinco piezas.
Por Laura Casanovas
Revista Ñ, 03/10/18

 

Conference ''Arte y Deshonra''

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TIREN PAPELITOS
Mundial '78 Entre la fiesta y el horror

Collective exhibition

15.06.18 - 20.08.18 / Sala PAyS

Curatorship: Institutional Parque de la Memoria

PAPELES QUE VUELAN EN EL TIEMPO

14 de junio de 1978. Graciela Palacio de Lois y Angela “Lita” Paolín de Boitano se encuentran sobre Avenida del Libertador. Apuran el paso y llegan hasta el estadio Monumental. Tienen las entradas y unos papeles escondidos en el cuerpo. Pasan el control y finalmente entran. Ya están en una de las subsedes del Mundial ’78. Es la primera vez que Lita, que integra Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas desde que secuestraron a su hijo Miguel Ángel – y luego a su hija Adriana –, pisa una cancha. Graciela ya había estado viendo partidos de River. Suben las escaleras, se sientan en las gradas, se agachan para poner algunas obleas que denuncian que en la Argentina se desaparece, se mata y se tortura. Apuran el paso, van a los baños. En los de mujeres, dejan panfletos. En el de hombres, Graciela no puede entrar y arroja los volantes por sobre la puerta. Tienen miedo, pero saben que todo el mundo tiene los ojos enfocados en Argentina. Es el momento para denunciar, y para tirar papelitos.

Los papeles que reparten Graciela y Lita vuelan en el tiempo y llegan hasta nosotros cuarenta años después. ¿Quiénes somos nosotros? Un grupo de periodistas e investigadores – que desde NAN, Memoria Abierta y el Parque de la Memoria – nos propusimos hacer una investigación recuperando el carácter complejo del Mundial ’78, la Copa del Mundo que la dictadura soñó y planificó para barrer sus crímenes bajo la alfombra. Pero hubo muchos papelitos que surcaron los aires para denunciar lo que aquí sucedía. Hubo otros que, como Clemente pedía, fueron tirados al aire para celebrar por fuera de los márgenes que el poder imponía.

Durante los 25 días que duró el Mundial ’78, se registraron múltiples comportamientos sociales. Hubo consenso, aprobación, apoyo, pero, también, hubo resistencia, desobediencia, gambetas para encontrar libertades. Hubo pánico y alegría. La fiesta y el horror. Esa multiplicidad de conductas es la que nos propusimos retratar en la investigación. Como se hace cada vez que se buscan historias para contar, acudimos a otros investigadores – quienes generosamente compartieron consejos y trabajos con nosotros; conversamos con integrantes de organismos de derechos humanos para rescatar sus acciones de denuncia durante esa época; hablamos con periodistas – algunos complacientes con el poder militar – y otros que hicieron su trabajo con la dignidad que se les demanda. Recorrimos publicaciones de la época. Fuimos a archivos nacionales y consultamos otros de manera remota para buscar iniciativas contra el Mundial fuera del país. Entrevistamos a futbolistas, a referentes de organismos de derechos humanos, artistas, y excavamos en los recuerdos de todos aquellos que nos escucharon hablar del Mundial ’78.

Los fenómenos complejos, en general, abren más preguntas que las que contestan. Con ese resultado, como investigadores, quedamos conformes. Si al recorrer la muestra algo se sacude en nosotros, si las pasiones populares y los símbolos nacionales nos duelen junto a los pedidos de ayuda de las Madres en la Plaza de Mayo, habremos podido asir algo de ese fenómeno tan difícil y apasionante. Y ya saben: ¡Tiren papelitos, muchachos!

Luciana Bertoia 

La realización de la exposición Tiren papelitos, el Mundial ‘78 entre la fiesta y el horror constituyó una nueva experiencia para nosotros, puesto que había que relatar, transmitir o describir esa paradoja, esas contradicciones, esa confusa experiencia prácticamente corporal, creada y armada por un Estado genocida. El resultado muestra este logro.

Como cada vez que organizamos una actividad, son muchas las personas e instituciones a las que debemos agradecer. Por una parte, celebramos la iniciativa de Memoria Abierta de convocarnos a trabajar en conjunto, la confianza en que nuestros equipos podían resolver este desafío sobre la base de un trabajo riguroso, profesional y, sobre todo, creativo, con el objetivo de transmitir un hecho político y cultural almacenado en la memoria de más de una generación de argentinos.

Por otra parte, esta exhibición no hubiera sido posible sin el acompañamiento del Colectivo de Periodistas NAN y de los fotógrafos, investigadores e historiadores que se fueron sumando a este proyecto. También realizaron aportes el Archivo Nacional de la Memoria, clubes de fútbol, jugadores, artistas y muchas personas que de manera desinteresada brindaron sus testimonios personales sobre los hechos vividos.

Quiero agradecer también a la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires por el apoyo permanente ante cada propuesta.

Como siempre, en nombre propio y en el del Consejo de Gestión del Parque de la Memoria, quiero expresar el orgullo por nuestros equipos de trabajo, que cotidianamente aseguran el futuro de este espacio de memoria y homenaje.

Porque no queremos escuchar nunca más “Los argentinos somos derechos y humanos” y porque no queremos nunca más una Argentina como aquella, se inaugura en el Parque de la Memoria Tiren papelitos, el Mundial ‘78 entre la fiesta y el horror, que permitirá reflexionar sobre uno de los momentos clave de nuestro pasado reciente.

Nora Hochbaum

Artists

Adriana Bustos
Diana Dowek
Rosana Fuertes
Martín Kohan
José Luis Landet
Marcos López
Mariana Tellería
Carlos Trilnick

Press

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NADA SUCEDE A MENOS QUE PRIMERO SEA UN SUEÑO

20 AÑOS DEL PARQUE DE LA MEMORIA

17.03.18 - 27.05.18 / Espacio Base de Datos

Curatorship: Institutional Parque de la Memoria

“Los nombres permanecerán en la piedra de este Monumento cuando ninguno de nosotros sea recordado, están en la memoria colectiva y ya no saldrán de ese lugar”.Esta frase fue parte del discurso con el que los organismos de Derechos Humanos inauguraron el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado el día 7 de noviembre de 2007. Habían pasado diez años desde la presentación, ante la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, del proyecto de ley para la creación del Parque de la Memoria. Así, cuando se pronunciaba este discurso, los derechos humanos comenzaban a establecerse como política de Estado en la Argentina. Poco tiempo antes se reabrían las causas por delitos de lesa humanidad, y para ese entonces, ya se habían dictado las primeras sentencias. Se estaba avanzando en la recuperación de los ex Centros Clandestinos de Detención y el presidente de la Nación, el Jefe de Gobierno de la Ciudad, y los Organismos de Derechos Humanos inauguraban el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado a orillas del Rio de la Plata.

Pero hacia fines de la década de los años noventa el contexto político y social era muy distinto. Las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los Indultos continuaban vigentes y el Estado no realizaba acciones para reparar los crímenes que había cometido. La creación del Parque de la Memoria y del Monumento fue, entonces, uno de los primeros pasos hacia ese cambio de paradigma. El Estado comenzaba a construir políticas públicas de Memoria, Verdad y Justicia. 

A 20 AÑOS DE LA CREACIÓN DEL PARQUE DE LA MEMORIA

Esta exposición recorre parte del extenso trabajo de estos veinte años de historia e intenta mostrar el modo en que el Parque de la Memoria impulsó la construcción de la memoria colectiva a través del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, la confección de una Base de Datos de consulta pública y de la implementación de programas artísticos y educativos que vinculan el pasado con el presente.

La línea de tiempo en imágenes presenta algunos momentos más significativos de la construcción del Parque, el Monumento, las esculturas, el programa de exposiciones de artes visuales y las actividades educativas y, por otra parte, el video documental recopila imágenes de los inicios del proyecto.

Asimismo presentamos la versión completa del discurso pronunciado por los organismos de Derechos Humanos el día que el Monumento quedó inaugurado; un texto que sin duda recupera la voz de quienes, a lo largo de veinte años, trabajaron para que este sueño se tornara realidad.

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EL FUTURO DE LA MEMORIA

BRODSKY - ETCÉTERA - GOLDER - SPERATTI

17.03.18 - 27.05.18 / Sala PAyS

Curator: Cecilia Nisembaum

What do we remember as individuals and as society? What do we forget? How will we remember in the future? Is memory an unalterable record of the past or rather a changing and dynamic labyrinth? El futuro de la memoria aims to open a space to think about this and other issues through various artistic languages, in an exhibition consisting of installations, sound art, video, photographs and performance actions.

Gathered by the Goethe-Institut, the artists Marcelo Brodsky, Gabriela Golder, Mariano Speratti, Loreto Garín Guzmán and Federico Zukerfeld (Etcétera Collective) present stories, documents and fictions that arise from the common intention of rummaging, erring, intervening, dialoguing and imagining the future of memory from the interpellation of our past and its relationship with the present.

The exhibition El futuro de la memoria is the local expression of a homonymous regional project that since last year has been developed, through different actions and artistic languages, in Buenos Aires, San Pablo, Rio de Janeiro, Lima, Montevideo, Santiago de Chile and Bogotá. In a transnational and transdisciplinary debate, all the actions of the project seek to think about urgent questions around the memory of dictatorships, armed conflicts and violence that occurred during the last decades in Argentina, Brazil, Chile, Colombia, Peru and Uruguay.

A project of Parque de la Memoria and Goethe-Institut Buenos Aires, with the backing of Museo Sitio de Memoria Esma – Ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio.

MARCELO BRODSKY
The CELS Archive
The archive at the Center for Legal and Social Research (cels) contains images, information, and original texts that bear direct witness to history. The contents are first-hand accounts of events, testimonies, and evidence, useful for research or for reflection. Brodsky’s work aims to create narratives based on the last years of archived material combined with my own images. In this case, the work offers a visual panorama of the archive maintained by the Center for Legal and Social Research, one of Argentina’s most important human rights organizations.

GRUPO ETCÉTERA
Museum of Neo-Extractivism

«Neo-extractivism» is an economic development model that was adopted by governments in South America at the start of the 21st century. Its history is founded in the so-called conventional extractivism, which began over 500 years after the European conquest and colonization of American, African, and Asian territories and started the process by which the entire world become part of the capitalist economic system. Extractivism has been (and still is) a colonial  (and neo-colonial) mechanism founded on extreme pillaging and appropriation. Just like in the anterior model,  economies are centered around activities that dramatically exploit nature to obtain unprocessed raw materials that are then exported to Europe and industries in Asia and North America. Neo-extractivist exploitation is not limited to minerals  or petroleum; also included are activities such as agriculture, fishing, and even the so-called cognitive  extractivism. The Museum of NeoExtractivism (mne) is a rotating project that adopts diverse exposition formats  depending on the space, the institution, and the context it moves into. It came about as a result of research carried out by the Etcetera Collective on the neo-extractivist model and its consequences for the environment, social well-being, and human rights. The exhibit in the Present, Now and Always (PAyS) Exhibition Hall at Parque de la memoria offers a prototype of one of the possible rooms of this museum and includes installations, sitespecific works, photography,
videos, maps, and other objects. For the duration of the exhibition, the museum will also hold performances and  interventions around the grounds of Parque de la Memoria

GABRIELA GOLDER
Letters
A group of children, between 8 and 12 years old, read letters written from several prisons around the country or from exile or hiding during the last military dictatorship (1976-1983), but also from the years leading up to it. There are  letters by and for children, to parents, from parents, from grandparents, from aunts and uncles. Letters that tell of life in prison or in exile, that tell of raids, kidnappings, and shootings. At the same time, they tell of daily life under the
dictatorship, inside and outside, of how to maintain affective ties, how to keep going on, how to share stories of love, fear, pain, death, exile, children, and survival. History is temporal, personal, public, and shared at the same time. It survives each listener’s interpretative process and endures each new telling. Memories function as both  reconstructions of the past and reflections on the relationship between past and present.

MARIANO SPERATTI
Habeas Sonus Auditory Memory
Habeas sonus: «may you ave sound,» «the presence of sound.» Restitution of memory through sound. A soundtrack of  memories retransmitted into the future. In this game of imagining a future where memories have faded, children will redraw the lines of a territory laden with indecipherable signs which they must try to interpret, and where they are the ones who manage memory, where the pull of oblivion counters the impulse to remember, an exercise in resistance and legacy that, until now, has proven to be the most powerful weapon the future can carry. 

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LA DESAPARICIÓN

JUAN CARLOS ROMERO

27.05.17 - 27.08.17 / Espacio Base de Datos

Curator: Cecilia Nisembaum

La muestra da cuenta del compromiso artístico y político presente en su obra durante toda su vida. A modo de homenaje concretamos este proyecto, que desarrollamos junto al artista desde principio de año. Esta obra fue presentada en la 7° Bienal de la Habana en el año 2000 y actualizada por el artista especialmente para la Sala PAyS. 

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