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Paisajes de la memoria

de Norberto Puzzolo

Paisajes de la memoria

de Norberto Puzzolo

Compartimos en esta ocasión una selección de imágenes de obras de Norberto Puzzolo que formaron parte de la exposición Paisajes de la memoria, llevada a cabo en la Sala PAyS entre marzo y mayo de 2013 con curaduría de Adriana Lauria.

Desde sus inicios en su Rosario natal en los años 60, la obra de Puzzolo evidenció una preocupación cada vez más pronunciada por ampliar los límites de aquello considerado como artístico; por mover al espectador del cómodo lugar de observador pasivo; por sacar al arte del circuito cerrado de las instituciones artísticas oficiales. 

Es así que, siguiendo este mismo ideario, formó parte del Grupo de Arte de Vanguardia, agrupación de artistas que buscó renovar el campo de acción de la plástica y la cultura del momento. Con el transcurso del tiempo, el desarrollo de sus obras, acciones y discusiones, el grupo fue radicalizando sus planteos, buscando no sólo renovar el campo de la plástica, sino lograr, a través de la acción artística, una profunda transformación de las estructuras de la sociedad.

En 1968 un grupo de artistas de Rosario y Buenos Aires —entre lxs que se encontraba Puzzolo— acompañadxs por un equipo de investigadorxs y periodistas, llevó a cabo la obra colectiva Tucumán arde. El propósito fue la realización de una campaña de contrainformación para denunciar las duras condiciones de vida de lxs trabajadorxs de los ingenios azucareros de Tucumán durante la dictadura de Juan Carlos Onganía. Ese mismo año, Puzzolo presentó, dentro del denominado Ciclo de Arte Experimental, una instalación que hoy es conocida como “la obra de las sillas”. En ella se conjugaron una serie de factores que el artista venía trabajando en obras anteriores: en el espacio expositivo Puzzolo dispuso una serie de sillas plegables orientadas hacia la vidriera que daba a la calle. Las personas que concurrieron a la inauguración se sentaron en esas sillas, sin saber qué era lo que iba a suceder. Pero la obra justamente era esa: lxs espectadorxs fueron corridxs de su lugar habitual de observadorxs distantes y pasivxs para ser ellxs mismxs vistxs como objetos exhibidos, generando así un diálogo entre el espacio del arte y el espacio urbano. La localización de la instalación en este caso también resultaba significativa: frente al espacio de exposición se encontraba el bar Iberia, lugar de reunión habitual de la intelectualidad rosarina. 

Ahora bien, ¿por qué la exposición se tituló Paisajes de la memoria? ¿Acaso la memoria está compuesta de capas de sentido y temporalidades que se van entremezclando entre sí? La icónica instalación de las sillas —que desmaterializó la obra de arte tornándola concepto— incidentalmente capturó también en las imágenes que la registraron un sitio importante para la intelectualidad rosarina como fue el bar Iberia. Ese mismo bar, en 1974, fue baleado en un atentado y fue el propio Puzzolo quien, en su rol de reportero gráfico, capturó con su cámara las huellas de la vidriera perforada por los disparos. 

Así, en la obra de Puzzolo varias capas de sentido se superponen y la cita a su propia producción anterior funciona como estrategia: en la serie Paisajes residuales (2012) nos encontramos con las mismas sillas que utilizó en su instalación de 1968, solo que aquí las sillas están vacías y ubicadas en entornos naturales, solas en la inmensidad, como signos de una imborrable ausencia.

Una exposición del Parque de la Memoria y Abuelas de Plaza de Mayo

Un proyecto artístico de: Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya Baglietto, Remo Bianchedi, León Ferrari, Rosana Fuertes, Daniel Ontiveros, Carlos Gorriarena, Adolfo Nigro, Luis Felipe Noé, Marcia Schvartz, Juan Carlos Romero y Diana Dowek.

Video: Cocuyo Club

Contenidos

INSTITUCIONAL

EL PASADO ABIERTO
AL FUTURO

Hacia fines de 1998, cuando se encontraban vigentes las leyes de impunidad que impedían el juzgamiento de los autores de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar, las autoridades del Centro Cultural Recoleta tomaron una significativa decisión en el marco de su política institucional: otorgar visibilidad pública a la problemática de la apropiación ilegal de niñxs durante la dictadura.

La propuesta fue elevada a Abuelas de Plaza de Mayo, que aceptó y colaboró con información fundamental que el organismo venía recabando desde 1977. Así, una vez acordada la colaboración entre ambas instituciones, el equipo de trabajo se completó con un grupo de artistas visuales*, quienes aportaron su mirada poética y su compromiso con la causa.

La exposición se tituló Identidad y se llevó a cabo en las salas principales del Centro Cultural Recoleta entre noviembre 1998 y enero de 1999. Su objetivo fue poner el foco sobre la búsqueda de lxs nietxs que Abuelas de Plaza de Mayo venía realizando desde octubre de 1977. La estrategia visual de colocar un espejo entre las fotografías de hombres y mujeres –padres y madres– detenidos-desaparecidos y/o asesinados buscaba rescatar algún parecido físico entre ellxs y sus hijxs apropiadxs ilegalmente, jóvenes que por entonces tenían entre diecinueve y veinticinco años, la misma edad que sus padres y madres al desaparecer.

De este modo, la semejanza física podría, quizás, traducirse en parentesco y esxs jóvenes recuperarían su historia familiar. En una primera instancia, los espejos invocaban el llamado de la sangre. Pero los espejos, también, funcionaban en sentido metafórico: cualquiera que se reflejara en ellos se involucraba en la trama de horror de la desaparición y la apropiación, reforzando así la idea de trauma colectivo que la apropiación ilegal ocasionó en toda la sociedad.

A veintidós años de realizada esta exposición, el Parque de la Memoria decide reeditar Identidad, actualizando la información con la que cuenta Abuelas de Plaza de Mayo en relación a lxs nietxs que fueron apropiadxs.

A la fecha son ciento treinta los casos resueltos, de los quinientos que las Abuelas estiman en total; ciento treinta personas recuperaron su verdadera identidad gracias a la fuerza del amor y la lucha inexorable de estas mujeres que son un emblema en todo el mundo, a la reapertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad y a la implementación de políticas de Estado vinculadas a los derechos humanos.

Hoy el objetivo sigue siendo el mismo: localizar a lxs que faltan, recomponer las historias que aún se encuentran truncas, restituir la identidad de cada unx de ellxs para otorgarles el derecho a conocer quiénes fueron sus padres y sus madres, y por ende, de dónde provienen, no sólo ellxs mismos, sino también sus hijxs. Porque si en 1998, cuando esta exposición se llevó a cabo por primera vez, lxs nietxs buscados tenían entre diecinueve y veinticinco años, hoy tienen entre cuarenta y uno y cuarenta y siete, y sus hijxs también tienen derecho a conocer la verdad. Aún hay cientos de hombres y mujeres que no saben que son hijxs de desaparecidos. Sus hijxs –bisnietxs de las Abuelas– tampoco conocen su verdadera identidad.

Que la reedición de Identidad se lleve a cabo en la Sala PAyS del Parque de la Memoria torna insoslayable el diálogo que la muestra entabla con el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado. Y si bien el Monumento resignifica en mayor o menor medida todas las exposiciones que se alojan en la Sala PAyS, el hecho de que muchas de sus placas señalicen la desaparición de mujeres embarazadas reviste este diálogo de un especial espesor simbólico.

Así, esta versión actualizada de Identidad se completa con un audiovisual que recoge diversos testimonios y material de archivo sobre la labor de Abuelas de Plaza de Mayo y con el lanzamiento de la campaña El Parque por la Identidad que, a través de las redes sociales, convocará al público a ejercer su derecho a la identidad: el derecho de cada unx a ser unx mismx.

Parque de la Memoria-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado

 

Un proyecto artístico de:
Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya Baglietto, Remo Bianchedi, León Ferrari, Rosana Fuertes, Daniel Ontiveros,  Carlos Gorriarena, Adolfo Nigro, Luis Felipe Noé, Marcia Schvartz, Juan Carlos Romero y Diana Dowek.

 

INAUGURACIÓN / 12.12.20

IDENTIDAD 2020

Video: Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires

GALERÍA DE IMÁGENES

Fotos: Steven Sierra / Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires

GALERÍA DE IMÁGENES

IDENTIDAD 1998

ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

RECONOCERSE

Las Abuelas de Plaza de Mayo celebramos la reedición de la muestra Identidad, cuyo objetivo fue y es que nuestros nietos y nietas logren reconocerse en los rostros de sus padres y madres desaparecidos. Las Abuelas llevamos más de cuarenta y dos años buscando a los hijos de nuestros hijos, apropiados durante la última dictadura cívico-militar. En estos años de lucha, hemos resuelto ciento treinta casos, pero aún quedan casi trescientos hombres y mujeres, de alrededor de cuarenta años, viviendo con su identidad falseada.

En este largo camino desarrollamos las más diversas estrategias de búsqueda. La educación, el deporte, la música, la fotografía, la literatura, el teatro, las artes plásticas han sido algunos de los vehículos de comunicación para difundir nuestra lucha, cuyo objetivo es encontrar a esos bebés, hoy hombres y mujeres, que fueron primero arrancados de los brazos de sus madres, luego separados de sus familias y criados en otras, que les mintieron sobre su origen e historia.

El material de archivo aquí seleccionado da cuenta del trabajo que llevaron a cabo las Abuelas durante 43 años de búsqueda ininterrumpida.

En el transcurso de estos años los nietos buscados crecieron y las Abuelas desarrollaron estrategias de todo tipo para llegar a ellxs en sus distintas edades. Aquí se pueden ver afiches de diversas actividades como recitales, exposiciones y los ciclos “Teatro por la Identidad”.

La muestra Identidad fue realizada en 1998 cuando nuestros nietos y nietas eran jóvenes, muchos de ellos estaban alcanzando la edad de sus padres retratados en la exhibición. Un espejo los invitaba a reconocerse y reconocer otra historia posible. Hoy los nietos y las nietas han superado la edad de sus propios padres desaparecidos, pero muchos de ellos ya han sido padres y sus hijos, nuestros bisnietos y bisnietas, también tienen derecho a saber la verdad. En esta reedición de Identidad, una instalación que a través de espejos y retratos de nuestros hijos e hijas desaparecidos interpela al visitante con las ausencias, se invita a quienes tienen dudas sobre su identidad a indagar sobre ese vacío. Un vacío que es de toda la sociedad, que a cuarenta y tres años del golpe aún tiene desaparecidos con vida.

El Parque de la Memoria es un espacio de reflexión y homenaje a los 30.000 detenidos desaparecidos por el Terrorismo de Estado. Muchas mujeres fueron detenidas embarazadas, muchas otras y otros hombres fueron secuestrados junto a sus hijos e hijas bebés, niñas y niños pequeños. En la mayoría de los casos, las mujeres embarazadas eran mantenidas con vida hasta dar a luz en cautiverio y luego asesinadas. Esos bebés, al igual que los niños que debieron presenciar el secuestro de sus padres, fueron entregados a familias cercanas al círculo de las fuerzas represivas o ingresados como NN al circuito de adopción. De esa manera se consumaba la sustracción, apropiación y ocultamiento de los hijos de desaparecidos para que no volvieran a tener contacto con sus familias. Pero sus familias nunca bajamos los brazos y salimos a buscarlos y a pedir ayuda para identificarlos.

Las Abuelas de Plaza de Mayo siempre supimos que nuestros nietos están vivos, por eso los seguimos buscando. Hoy junto a los nietos y nietas que hemos encontrado y sus hermanos continuamos la búsqueda, cada vez más urgente. La sociedad que comprendió la gravedad del delito de apropiación nos acompaña y es fundamental para poder hallar a los que faltan. Reconocernos en el rostro, en las costumbres, en los gustos, en las tradiciones, es algo que constituye nuestra identidad individual y también colectiva. Por eso exposiciones como esta, que apelan a la búsqueda desde la sensibilidad, se vuelven herramientas de comunicación potentes para encontrarlos.


Abuelas de Plaza de Mayo

VIDEO DOCUMENTAL

IDENTIDAD
Video documental
Idea y guión: Equipo de Arte e Investigación Parque de la Memoria
Realización: Federico Lo Bianco, Laura Bierbrauer / Cocuyo Club Duración: 20’14’’

Dr. Víctor Penchaszadeh

Médico Genetista, Director del Posgrado de Genética, Derechos Humanos y Sociedad, Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF)

Desde el comienzo de mi profesión aprendí que la genética había sido utilizada en el pasado en forma falaz para avalar violaciones a los derechos humanos como el racismo, la eugenesia, la discriminación a las personas con discapacidades y el genocidio. Por ello, cuando en noviembre de 1982 Chicha Mariani y Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, me visitaron en Nueva York y me lanzaron un desafío: “siendo argentino y genetista, ¿qué tarea mas importante podés tener, que encontrar la manera de identificar a nuestros nietos robados por el terrorismo de estado?”, a pesar de la congoja que sentí al escucharlas, un rayo de luz me estremeció. Es que este reclamo de Abuelas me hizo comprender que estaba frente a una oportunidad única para contribuir a que la genética se redimiera de su pasado oprobioso y se aplicara por vez primera en la defensa de los derechos humanos. El resto es historia: respondiendo al reclamo de Abuelas, en 1983 un equipo de trabajo en Estados Unidos creó el Índice de Abuelidad para identificar a los niños robados, mediante la comparación de sus marcadores genéticos con los de sus posibles abuelos, aún sin contar con la información de sus padres desaparecidos. Luego, en 1987 se creó el Banco Nacional de Datos Genéticos, que desarrolló técnicas de ADN y comparaciones estadísticas que permitieron que hasta el momento recuperaran su identidad 130 hijas e hijos de desaparecidos que habían sido apropiados por la dictadura militar. 

Como siempre he dicho, las dificultades que encontrarían nuestras queridas Abuelas en su larga y magna gesta por el derecho a la identidad, serían principalmente de orden político, ético, legal y psicosocial, y no de tipo tecnológico. Efectivamente, las tecnologías se desarrollaron en forma vertiginosa y eficaz, y la identificación genética, que hacía 35 años parecía una tarea dificilísima, hoy en día es casi un juego de niños. En cambio, los aspectos éticos, legales, psicológicos y sociales del proceso de restitución de identidad son sumamente complejos, como ilustran los obstáculos políticos que han debido sortear las Abuelas en su larga lucha por el derecho a la identidad. Todos esos obstáculos fueron y seguirán siendo vencidos por las Abuelas a fuerza de amor, perseverancia y reclamo de verdad y justicia. 

La genética se puede utilizar para el bien, como en la defensa del derecho a la identidad y el derecho a la salud, o, por el contrario, para el mal, como  discriminar a las personas por su origen, negarles el derecho a la salud o a la inmigración o atribuir falazmente que ciertas conductas que molestan al poder son de origen genético. La responsabilidad de los científicos, entonces, no es sólo asegurar la calidad técnica de su labor sino que su utilización sea en defensa de los derechos humanos y jamás en su vulneración. 

A lo largo de las varias décadas en que tuve el honor de acompañar a las Abuelas en la utilización de la genética para hallar a sus nietos robados, nunca perdí de vista que la identidad personal va mucho mas allá del ADN que heredamos de nuestros padres. En efecto, en la construcción de nuestra identidad es fundamental el medio ambiente en que estamos inmersos a lo largo de la vida: familia, crianza, alimentación, cultura, educación, modo de vida y trabajo, el amor con que se nos trata y los maltratos que a veces sufrimos. Cada nieta y nieto restituido es un ejemplo viviente de esta realidad y un testimonio de la fuerza de la verdad, la memoria y la justicia, que nos reconcilia con la vida y la felicidad. 

Gracias, queridas Abuelas, por habernos dado a los genetistas la oportunidad de aplicar nuestra ciencia en favor de los derechos humanos, sin reducir la condición humana a una secuencia de ADN. Esta historia, no sólo ha sido un parte-aguas personal para mi, sino también, y mucho mas importante, para la Genética, que ha adquirido una deuda eterna con las Abuelas, por haberla agraciado con la oportunidad de probar que esta ciencia, como todas las demás, puede y debe utilizarse en defensa de los derechos humanos.

 

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LO QUE PUEDE UN CUERPO

Tamara Grinberg

Tamara Grinberg

Desde el Área de Arte del Parque de la Memoria compartimos el trabajo Lo que puede un cuerpo de Tamara Grinberg. Este ensayo realizado entre 2016 y 2019, da cuenta del estado de deterioro actual del predio que pertenecía a la Fundación Felices Los Niños, una obra solidaria que estuvo a cargo del Padre Julio César Grassi, condenado y encarcelado por abuso sexual y corrupción de menores.

El caso tuvo una presencia excesiva en los medios, tanto en los años 90, cuando el sacerdote se paseaba por los programas anunciando su obra de caridad, como a partir del año 2001, luego de que fuera denunciado. En 2002 la situación fue difundida públicamente por una investigación de la periodista Miriam Lewin. Así, quedó grabado en la memoria colectiva como un caso más de la corrupción e impunidad que marcaron la década del 90.

En 2016 Tamara comenzó a trabajar como docente de arte en una de las escuelas que actualmente funcionan en el predio de la ex Fundación Felices Los Niños en Hurlingham, hoy perteneciente al Estado. Allí se encontró con una situación inesperada, en su primera entrevista con la directora de la escuela, se podía leer un cartel que anunciaba “Padre Grassi Inocente”, a pesar de que la sentencia contra él ya estaba firme. Esta creencia en su inocencia también estaba presente en algunxs alumnxs que habían tomado la comunión con Grassi, y en sus familias.

No solo esto era llamativo, sino también el estado de abandono y decadencia del espacio, un predio de 65 hectáreas que además de gigante e inabarcable, tenía animales muertos, árboles caídos, y objetos abandonados. El lugar incluía una virgen de 3 metros de alto, una capilla intacta pero sin uso que aparentemente cuidaban los antiguos empleados de la fundación, galpones, camionetas, vagones, la oficina de Grassi, el Hogar Los Juanitos, donde habían dormido lxs chicxs de 6 a 12 años y el sitio para lxs adolescentes incendiado.

Un espacio en ruinas, con marcas de un pasado que convive con el presente, y genera confusión. En ese contexto de impunidad Tamara se planteó la necesidad de registrar el predio y señalizar de algún modo que allí ocurrieron violaciones a los derechos de lxs niñxs, entre otros delitos cometidos por Grassi. En sus palabras: “Quería registrar las sensaciones, más que hacer un registro de cómo estaba el lugar, y cómo se estaba cayendo abajo, era esta sensación de ahogamiento, de encierro, de silencio y mucha violencia simbólica.”

El corpus de este trabajo está conformado por fotografías que simbolizan estas sensaciones, y proponen construir una memoria de lo ocurrido. A su vez, se completa con un video donde las fotografías se contraponen con imágenes de archivo que contextualizan la historia.

“Hoy, Grassi se encuentra en la celda 16 del pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria N° 21 de Campana. Condenado con sentencia firme a 15 años de prisión por 17 cargos de abusos deshonestos contra tres niñxs que tenían 9, 13 y 17 años cuando se produjeron los hechos. Grassi negó sistemáticamente todas las acusaciones. Ya estando preso fue condenado a dos años más de prisión por el delito de malversación de fondos de la Fundación y por el desvío de las donaciones al penal de Campana. En noviembre de 2017 le redujeron la pena con el beneficio del 2×1. Juan Pablo Gallego, fiscal y abogado querellante en la causa presentó la apelación. El 13 de febrero de 2019 Grassi fue incluido en el registro de violadores. En el 2026 quedaría en libertad pudiendo ejercer como sacerdote.“ (Miriam Lewin)

Este ensayo deja constancia de ese pasado oscuro con la intención de no olvidar y fundamentalmente de que no vuelva a ocurrir otra violación de los derechos humanos. Sin embargo, la situación judicial actual, exige la visibilización de lo allí sucedido.

Tamara Grinberg es oriunda Villa Maipú, Gral. San Martín, Provincia de Buenos Aires. Estudió en la Escuela de Artes Visuales Antonio Berni, donde se graduó como Profesora de Artes Visuales con Especialización en Grabado. Realizó la Licenciatura en Artes en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y en paralelo comenzó su formación fotográfica  en la Diplomatura en Fotografía a cargo de Juan Travnik y Sebastián Szyd, también en UNSAM. Continuó con talleres y cursos de fotografía de autor. En 2019 culminó su formación en la Asociación de Reporteros Gráficos de Argentina (ARGRA). Actualmente se desempeña como fotógrafa de prensa. Es docente bonaerense y dicta talleres de Ensayo Fotográfico para grupos reducidos. Algunas de sus obras son “Lo que puede un cuerpo”, “Lilith” y “Villa Maipú”.

Idea, fotografía y video: Tamara Grinberg
Edición y montaje: Camil Victoria Polo
Música: Leandro Coccio

 

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SOMBRA
DEL CÓNDOR

João Pina

En diciembre de 2015 se presentó en la Sala PAyS la exposición Sombra del cóndor, un ensayo fotográfico realizado por el artista portugués João Pina.

Pina, que nació en Lisboa en 1980, es nieto de presxs políticxs de la dictadura de Oliveira Salazar, y ha realizado su primer libro acerca de esa experiencia. Finalizado ese trabajo, se interesó por la historia de la “Operación Cóndor”, nombre con el que se conoce a la cooperación represiva a escala regional entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. En palabras de Pina: “Me interesó porque enseñaba la dimensión de lo que ocurrió. El hecho de que seis países se hayan reunido a hablar de este tema y a trazar un plan de aniquilación de la oposición política me pareció clave para explicar todo el proceso de las dictaduras: quién las puso, quién las apoyaba. Me enfoqué en el ‘Plan Cóndor’, pero no exclusivamente. En mi ensayo fotográfico hay muchos retratados que no son víctimas del plan en sí, pero sus experiencias ayudan a entender lo que llevó a esa operación”.

La exposición reunió más de 100 fotografías en blanco y negro, organizadas en series temáticas por el curador brasileño Diógenes Moura.

Por casi una década, Pina viajó por Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay tras las huellas del horror vivido, recolectando imágenes captadas por fotógrafxs locales y/o pertenecientes a archivos públicos o privados, tejiendo así, aunque de modo parcial, un relato que fue silenciado durante mucho tiempo.

Compartimos aquí una selección de aquellas imágenes que dan cuenta de la enorme importancia testimonial de su trabajo.

   
   

Cuadernillos educativos: Desarmar la trama. reflexionando sobre la violencia de género

El Parque va a la escuela

Desde el Área de Educación del Parque de la Memoria acercamos el presente cuadernillo de sensibilización sobre violencia por motivos de género en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se conmemora cada 25 de noviembre. En él reflexionamos y proponemos una serie de actividades para trabajar con estudiantes de escuelas secundarias sobre derechos, luchas y resistencias de este colectivo a lo largo de los años y en la actualidad, para pensar y deconstruir conceptos y mitos existentes. 

Creemos que es central reflexionar sobre el tema planteado, ya que es una problemática social extendida que afecta la vida de miles de niñxs, mujeres y personas LGBTIQ+ en Argentina y en el mundo. Al constituir violaciones a los Derechos Humanos, es el Estado quien debe garantizar la promoción y protección de esos derechos, no sólo para seguir evitando los femicidios y transfemicidios sino también para tener una sociedad más equitativa e inclusiva, donde se puedan desarrollar proyectos de vida autónomos y libres de violencias.

#ElParqueDesdeCasa

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MEMORIAS CLANDESTINAS

Conversatorio con miembrxs del Archivo de la Memoria Trans

Participan:

María Belén Correa
Archivo de la Memoria Trans
Bibiana Blasón
Archivo de la Memoria Trans
Katiana Villagra
Archivo de la Memoria Trans
Sandra Esther Castillo
Archivo de la Memoria Trans
Natasha Steinberg
Directora General de Convivencia en la Diversidad. Subsecretaría de DDHH y Pluralismo Cultural. GCBA.
Florencia Battiti
Curadora General Parque de la Memoria – Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado

En el marco del Día Internacional de la Memoria Trans, desde el Parque de la Memoria-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado y la Dirección General de Convivencia en la Diversidad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires les acercamos “Memorias clandestinas. Conversatorio con miembrxs del Archivo de la Memoria Trans”, una entrevista conmovedora que recoge testimonios fundamentales sobre la memoria del colectivo trans en Argentina.

Los emotivos relatos de María Belén Correa, Sandra Esther Castillo, Katiana Villagra y Bibiana Blason permiten dimensionar la enorme deuda que como sociedad aún tenemos, no sólo hacia la memoria sino también hacia el presente y el futuro de la comunidad trans en nuestro país. Desde el exilio y la persecución, hasta la violencia de Estado y la indiferencia social, la “familia trans” ha experimentado, quizás más que cualquier otra minoría, que lo personal siempre es político.

El conversatorio se completa con el valioso material audiovisual que ellxs han recogido y clasificado y que, actualmente, conforma el AMT (Archivo de la Memoria Trans).

Acercamos al público estos materiales con el compromiso de transmitir la memoria del colectivo trans y con la esperanza de visibilizar y concientizar sobre su lucha y su resistencia para así ampliar la perspectiva de los derechos humanos. 

   

Entrevista a Victor Basterra, por Marcelo Brodsky

En 2006, cuando se cumplían 30 años del golpe de Estado, el artista y activista Marcelo Brodsky entrevistó en el Parque de la Memoria, por entonces en plena construcción, a Víctor Basterra, sobreviviente y testigo clave de los juicios por la Verdad.

En el transcurso de la charla ambos conversan sobre el futuro monumento como un lugar de memoria indispensable para la transmisión de la memoria a las futuras generaciones y del Río de la Plata como tumba anónima de miles de desaparecidos.

Víctor Basterra nació en Buenos Aires el 7 de noviembre de 1944. Era obrero gráfico y militante del Peronismo de Base. Fue secuestrado el 10 de agosto de 1979 y llevado a la ex-ESMA. Con enorme valentía logró sacar una serie de fotografías que mostraban el horror de los crímenes cometidos por el Terorismo de Estado. El 7 de noviembre del 2020, Víctor falleció en La Plata.

Victor Basterra, Presente, Ahora y Siempre.

Aniversario de la inauguración del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado

Hoy se cumplen 13 años de la inauguración del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado.

Compartimos un fragmento del discurso del día de la inauguración leído por Gabriela Alegre, quien es parte de la Asociación Civil Buena Memoria y una de las impulsoras iniciales del proyecto del Parque de la Memoria.

Las palabras de aquel 7 de noviembre del 2007 siguen estando vigentes, tanto como la lucha por Memoria, Verdad y Justicia.

Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado

1969-1983

   

Teatroxlaidentidad itinerante en el Parque de la Memoria

Teatroxlaidentidad es un movimiento teatral de actores, dramaturgxs, directores, coreógrafxs, técnicxs y productores que se inscribe dentro del marco del teatro político, y es uno de los brazos artísticos de Abuelas de Plaza de Mayo. Un movimiento cuyo objetivo es hacer propia la búsqueda de Abuelas, quienes desde hace más de cuatro décadas siguen el rastro de muchísimxs jóvenes que aún no conocen su verdadera identidad. 

En este contexto de pandemia Teatroxlaidentidad sigue itinerando de manera virtual. Desde el Parque de la Memoria compartimos con ustedes las obras “La búsqueda” y “Record Guinness”, en el marco del mes de la Identidad.

“La búsqueda”
Autoría / Dirección: Anabella Valencia
Actor: Mathias Carnaghi

“Record Guinness”
Autoría: Erika Halvorsen
Actriz: Susana Cart
Dirección: Arturo Bonin

#ElParqueDesdeCasa

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Video realizado para la exposición Identidad

Parque de la Memoria - Abuelas de Plaza de Mayo

Compartimos en esta oportunidad un video especialmente realizado para la exposición Identidad proyectada para inaugurar en marzo de este año y postergada por la pandemia de COVID-19. 

Hacia fines de 1998, cuando se encontraban vigentes las leyes de impunidad que impedían el juzgamiento de los autores de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar, las autoridades del Centro Cultural Recoleta tomaron una significativa decisión en el marco de su política institucional: otorgar visibilidad pública a la problemática de la apropiación ilegal de niños durante la dictadura. La propuesta fue elevada a Abuelas de Plaza de Mayo, que aceptó y colaboró aportando la información fundamental que el organismo venía recabando desde 1977. Así, una vez acordada la colaboración entre ambas instituciones, el equipo de trabajo se completó con un grupo de artistas visuales, quienes aportaron su mirada poética y su compromiso con la causa. 

La exposición se tituló Identidad y se llevó a cabo en las salas principales del Centro Cultural Recoleta entre noviembre 1998 y enero de 1999. Su objetivo fue poner el foco sobre la búsqueda de lxs nietxs que Abuelas de Plaza de Mayo venía realizando desde octubre de 1977. La estrategia visual de colocar un espejo entre las fotografías de hombres y mujeres –padres y madres– detenidos-desaparecidos y/o asesinados buscaba rescatar algún parecido físico entre ellxs y sus hijxs apropiadxs ilegalmente, jóvenes que hacia fines de los 90, tenían entre 19 y 25 años, la misma edad que sus padres al desaparecer. Así la semejanza física podría, quizás, traducirse en parentesco y esxs jóvenes recuperarían su historia familiar. En una primera instancia, los espejos invocaban el llamado de la sangre. Pero también funcionaban en sentido metafórico: todx aquel que se reflejara en ellos se involucraba en la trama de horror de la desaparición y la apropiación, reforzando así la idea de trauma colectivo que la apropiación ilegal ocasionó en toda la sociedad. 

En este video se reconstruye la historia de la primera exposición Identidad a través de imágenes de archivo y de los testimonios de lxs que la llevaron a cabo, quienes a su vez, reflexionan sobre la importancia de reeditarla en la actualidad en el Parque de la Memoria. 

Hoy el objetivo sigue siendo el mismo: localizar a lxs que faltan, recomponer las historias que aún se encuentran truncas, restituir la identidad de cada unx de ellxs otorgándoles el derecho a conocer quiénes fueron sus padres, y por ende, de dónde provienen, no sólo ellxs mismxs sino también sus hijxs. Porque si en 1998, cuando esta exposición se llevó a cabo por primera vez, lxs nietxs buscadxs tenían entre 19 y 25 años, hoy tienen entre 41 y 47, y son también sus hijxs quienes tienen derecho a conocer la verdad. Aún hay cientos de hombres y mujeres que no saben que son hijxs de desaparecidos. Sus hijxs –bisnietxs de las Abuelas– tampoco conocen su verdadera identidad. 

Video: Cocuyo Club

 

Artistas: Carlos Alonso, Nora Aslan, Mireya Baglietto, Remo Bianchedi, Diana Dowek, Leon Ferrari, Rosana Fuertes, Carlos Gorriarena, Adolfo Nigro, Luis Felipe Noe, Daniel Ontiveros, Juan Carlos Romero, Marcia Schvartz

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