Pensar es un hecho revolucionario
Marie Orensanz
Acero corten. Dos bloques de 6 x 2 x 0,80 m c/u.
1999–2010
En el texto calado en acero se lee en el vacío y se completa con el paisaje que le sirve de fondo. La escultura –dispuesta en dos bloques contiguos- ha sido emplazada de manera que el espectador recomponga el texto en su mente y participe del proceso implícito en su significado. La pieza alude al poder de reflexión y refiere indirectamente a la censura de libros y del libre pensamiento.
Marie Orensanz (Mar del Plata, Argentina, 1936). Marie Orensanz nació en Mar del Plata el 12 de septiembre de 1936, hija de padres de origen español, francés, italiano y británico. En 1952 toda la familia se instaló en Buenos Aires.
Entre 1954 y 1958, trabajó en el taller de Emilio Pettoruti, donde aprendió a estructurar la obra y utilizar el espacio. Entre 1961 y 1962 concurrió al taller de Antonio Seguí. Poco después comenzó a exhibir en distintos salones y galerías y en su obra podían observarse ciertas características del minimalismo y el conceptualismo pero con un marcado sello personal. Miembro activa de la escena artística en Buenos Aires en las décadas de 1960 y 1970, participó en las exposiciones y actividades culturales organizadas por el Instituto Torcuato Di Tella y el Centro de Arte y Comunicación (CAyC).
Viajó a Europa y, en 1964, obtuvo el premio como artista extranjero en el Salón Des Femmes Peintres Sculpteurs de Paris. Regresó a Buenos Aires ese mismo año, donde se instaló temporalmente y, unos años más tarde se casó con Patrick Audras, con quien tuvo tres hijas, María, Mercedes y Rosario.
Participó en importantes muestras colectivas como “Nuevas técnicas, nuevos materiales”, en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1962 y la exposición “Arte de Sistemas”, realizada en 1971 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, que fue una de las mayores exhibiciones internacionales de arte conceptual realizada en el país.
En 1972 viajó nuevamente a Europa y se instaló con su familia en Roma. En 1973 se mudó a Milán, donde recibió el apoyo de Lea Vergine y Gillo Dorfles. Allí escribió el manifiesto EROS y concibió la frase “Pensar es un hecho revolucionario”, que inspiraría trabajos posteriores. Luego de un viaje a Carrara redactó el manifiesto del “Fragmentismo”.
En sus obras exploró distintos materiales, desde el acrílico transparente, sobre el cual
“dibujó” con cinta negra adhesiva, y que le permitió ganar el Premio Braque en Buenos Aires, hasta la madera, los objetos recuperados, el mármol, el cartón y el papel, y la fotografía y el video.
En el año 2007 el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires realizó una muestra retrospectiva donde se pudieron ver obras nunca antes vistas en el país hasta ese momento. En el 2010 participó de la exposición Elles en el Centro Pompidou de París. En 2017 formó parte de la exposición “Mujeres radicales. Arte latinoamericano 1960-1985”, curada por Andrea Giunta y Cecilia Fajardo, que puso el foco en las prácticas experimentales de artistas mujeres. La muestra, que contó con un importante trabajo de investigación, incluyó la obra de 120 artistas y colectivos e itineró por el Hammer Museum (Los Ángeles), Brooklyn Museum (Nueva York) y la Pinacoteca de Sao Paulo, Brasil. En 2018 Orensanz fue una de los ocho galardonados con el Gran Premio a la Trayectoria del Salón Nacional. En 2019 participó en la exposición “Disrupciones” en el marco de Art Basel Cities, Miami, con su obra “Invisible” conformada por una estructura de hierro de tres metros de altura con forma de ojo de cerradura, a través de la cual los espectadores podían pasar y leer la palabra “invisible” perforada en su arco superior.
Su obra integra las colecciones del Centro Pompidou de París, el Bremen Museum de Alemania, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, entre otras destacadas instituciones nacionales e internacionales. Desarrolló una actividad artística importante en países como Alemania, Italia, Dinamarca, Venezuela, Colombia, Estados Unidos, entre otros. Desde el año 1975 radica con su familia en París, y alterna su residencia allí con la de Buenos Aires.
A pesar de estar radicada en París, Orensanz se auto-define como una artista nómade.